Nuevo Encuentro convirtió la marcha por el Día de la Mujer no sólo en una cruzada política contra el Gobierno, sino en otro acto de fidelidad a su jefa, al incluir entre sus filas nada menos que a Florencia Kirchner, junto la esposa de Martín Sabbatella, la diputada provincial Mónica Macha.
La imagen de la hija de la expresidente, procesada por su participación en el negocio estado-familiar, fue difundida en un twitt de la propia legisladora que rezaba lo siguiente: «Entre todas nos cuidamos, entre todas vamos a construir una sociedad más igualitaria y libre».
En la cadena de comunicación también se leyeron consignas contra el Gobierno, mezcladas con algunas ofrendas melosas hacia el matrimonio Sabbatella.
«Con Macri y Vidal se profundizó la desigualdad y la violencia de género», asegura Macha. Mientras que al mismo tiempo sostiene que «Para que #NiUnaMenos sea posible, necesitamos a Milagro Sala en libertad. #LiberenAMilagro #VivasNosQueremos».
La agrupación surgida en Morón hace más de 20 años llegó al poder de la mano de Alianza y por razones similares a las que lo devolvieron al llano. Durante 16 años Sabbatella vivió del recuerdo de Rousselot. Hoy venera a otros más ricos, más famosos y más inteligentes que el finado intendente.
No es que sean los únicos. Pero al fin y al cabo terminaron siendo más de lo mismo. Los Kirchner serán juzgados por la Justicia y/ o por la historia, aunque ambas cosas sean manipulables y tengan sus referentes suficiente resto e intenciones de recuperar privilegios perdidos ayer nomás.
El sabbatellismo se pega a los Kirchner por necesidad. Y se convence de que es por devoción. El peronismo hoy los discute y quizás hasta los enfrente.
El kirchnerismo nunca permitió que los congresos y marchas feministas tomaran las calles del centro porteño. Durante sus gestiones (Nación o Morón) no había estadísticas oficiales sobre abortos. CFK tampoco permitió que el tema llegara al Congreso. La única política real pasó por repartir preservativos, mientras a escondidas un grupo de militantes recomendaban pastillas abortivas con la imagen de la ex presidente. Una contradicción política y sanitaria difícil de igualar. Suficiente como para confundir a una población adolescente en plena formación física y política.