El bloque del Frente Renovador, que responde a Luis Acuña, aprobó el pasado viernes la Rendición de Cuentas del período 2013. Lo logró con diez votos propios y ante el rechazo de siete concejales del Frente para la Victoria y el edil del Frente Amplio Unen, Lautaro Aragón.
La sesión volvió a ubicarse dentro de la lógica que domina al cuerpo desde principios del año último. Otra vez, la antinomia entre los dos espacios peronistas se instaló en el ámbito institucional y llevó la discusión al terreno de los insultos y las descalificaciones entre kirchneristas y acuñistas.
Desde temprano, la concejal K Hilda López adelantó el voto negativo de su bloque, al sostener que “interpretamos que no refleja en forma exhaustiva, cómo se ha planificado y luego gastado desde el Departamento Ejecutivo”. Entre ello cuestionó, por ejemplo, el área de bacheo, donde – consideró- lo ejecutado no se corresponde con las calles de Hurlingham “que están destruidas”.
El sabbatellista Adrián Eslaiman, por su parte, denunció que el kirchnerismo no tuvo “acceso a la clave del R.A.F.A.M -Reforma de la Administración Financiera en el Ámbito Municipal-, situación que, agregó, “será otra de las cuestiones que tendremos que informar al Tribunal de Cuentas”.
Para Eslaiman, el Ejecutivo llevó adelante la “subejecución” del presupuesto, “uno de los motivos por lo que votamos contra esta Rendición. Y allí encontramos dos programas de altísimo impacto social, como el Fondo Educativo y el Fondo de Fortalecimiento de Programas Sociales”, donde, sostuvo, se ejecutó poco más del 66 por ciento de los fondos percibidos. “El Municipio se queda con la plata de los más humildes, de los más necesitados”, acusó, al tiempo que insistió en lo escaso de los gastos que el Ejecutivo destinó a seguridad.
“Debemos tener previsión”
Aragón también adelantó el voto negativo, al sostener que “no podemos acompañar la ejecución de un presupuesto con el que no estuvimos de acuerdo, porque no estamos de acuerdo en cómo se gastan los recursos públicos ni cómo se gestiona”.
Desde el oficialismo, el concejal Mario Petito defendió lo actuado por la Gestión del intendente Luis Acuña, al señalar que “queremos seguir con este tipo de modalidad conservadora”, que, aseguró, permite al Municipio contar con “cerca de ochenta millones de pesos que están guardados”. “Debemos tener previsión, ante una economía nacional tan volátil. No tenerla es poner en riesgo los salarios de los trabajadores, o todo lo que invierte el Municipio”, agregó.
El presidente del bloque oficialista, Humberto Bertinat, cruzó a Eslaiman y lo llamó “trasnochado” y “payaso”. “Lo que Nación y Provincia le dan a Hurlingham es mucho menos de lo que nos corresponde”, indicó Bertinart, al tiempo que reclamó por los fondos de coparticipación.
Los pases de factura entre las distintas líneas peronistas comenzaron a calentar la discusión. Lejos de un debate de ideas, el terreno de la descalificación, la chicana y el insulto predominó entre los dos bloques mayoritarios, cuyos integrantes, al concluir la sesión, dejaron de lado lo que minutos antes sostenían y departieron como buenos amigos.
Cinco esquinas
Oficialismo y oposición volvieron a cruzarse cuando se analizó un dictamen de registración de planos a favor de la firma Hurlingroup SRL prevista para la esquina de Vergara y Argerich, donde funcionara una estación de servicio, abandonada desde hace años.
El concejal Eslaiman reclamó que el expediente volviera a comisión debido a que no constaban medidas de seguridad, como el retiro o sellado de los tanques de combustible allí existentes. El oficialismo optó por añadir el requerimiento de un certificado de tal tarea a la empresa. Sin acuerdo, el expediente fue aprobado sólo por el oficialismo.