Luego de haberse televisado el estado de abandono de la Fundación Felices los Niños y de las denuncias por desvío de donaciones al penal donde se encuentra alojado el Padre Julio César Grassi, la Provincia decidió intervenir sus hogares, pero prometió garantizar su financiamiento. Según comentó Pablo Navarro, el subsecretario de Niñez y Adolescencia bonaerense, a la salida del Hogar Don Bosco de Hurlingham, la Provincia no tenía convenio con la Fundación «por una decisión política», aunque aclaró qu acompañarán el trabajo de su director, Juan Manuel Casolati, quien tras meses de estudio y realizó las denuncias ante la UFI 8 de Morón. Tanto el desvío de mercadería, como la falta de recursos de la Fundación fueron reflejados anoche por el programa Periodismo para Todos. Hoy el gobernador, Daniel Scioli, anunció la intervención provincial, e «instruyó al Ministerio de Justicia para que se realice una profunda investigación en la Unidad Penal 41 de Campana para determinar las responsabilidades sobre la denuncia por irregularidades en el manejo de donaciones». Respecto de la Fundación, Navarro dijo que está «intervenido», aunque rescató la tarea de Casolati. «Respetamos el trabajo de Juan este tiempo. Los chicos se querían quedar. Acompañamos y no queremos tomar decisioens mas perjudiciales», sostuvo respecto de los menores que se alojan en el Hogar. Algunos fueron reubicados, y otros serían becados para recibir alimento y abrigo como hogar de día. Ayer, el director de Hogares de la Fundación Felices los Niños, Juan Manuel Casolati, sostuvo que no hubo controles de la Subsecretaría de Niñez bonaerense, la Dirección Provincial de Personas Jurídicas, y del Servicio Penitenciario, cuyos integrantes, autorizaban el ingreso de las donaciones sin control alguno. Además, hubo críticas al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Ahora, Scioli acusó recibo, y ordenó trabajar “coordinadamente” con Casolati, “para darle continuidad al apoyo a esa entidad”. Por eso, mandó hacia la Fundación, ubicada en Hurlingham a Navarro; al subsecretario de Justicia, César Albarracín y a la titular del Servicio Penitenciario, Florencia Piermarini. Más denuncias En tanto, en la entrada del Hogar Casolati se mostró dolido y consternado al relatar las situaciones que pasaban los niños del hogar. “Había comida podrida cuando llegué acá. Eso le daban de comer a los chicos. Le daban lácteos vencidos a los chicos a pesar de que yo decía que no lo hicieran”, contó el hombre que lleva 6 meses al frente de la institución fundada por el cura preso por abuso sexual de menores. «El obispado de Morón también está denunciado. Esto es la punta del iceberg – denunció este lunes-. Un miembro del Consejo de Felices los niños, es miembro del Obispado, fue dueño de una de las cuentas de la Fundacion y fue su apoderado. Van a tener que rendir cuentas, y explicar por qué dijeron en un comunicado que no tenían vínculos, pero hasta hoy no han dicho nada sobre este tema». El Obispado no sólo avalaba la Fundación de Grassi, sino que además se negó a separarlo aún después de que la Suprema Corte Bonaerense confirmara la sentencia y la detención del cura, que técnicamente puede seguir dando misa si así quisiera hacerlo en el Penal de Campana. La Fundación que Grassi fundó en Hurlingham en los 90, sigue funcionando. Hoy viven ahí 54 chicos de entre 3 y 18 años. Son huérfanos, llegan desde hogares violentos y con graves problemas económicos. Pese a la causa judicial que condenó a Grassi, Felices Los Niños nunca dejó de recibir donaciones. Hasta hoy sigue funcionando un sistema de recaudación telefónico que genera importantes recaudaciones. Sin embargo, la Fundación se cae a pedazos. Padece severos problemas de infraestructura y servicios, además del déficit de víveres por los desvíos que se hacen a la cárcel en la que Grassi está detenido. Ese desvió de fondos que denunció Casolati fue verificado por el equipo de Canal 13 que siguió la ruta de las donaciones y de las compras de alimentos. Durante tres meses se investigó y quedó al descubierto que sus principales responsables son dos hombres de extrema confianza de Grassi: Iván Guex y Fabián Amarilla.]]>
