En una sesión cargada de temas sindicales y algunos pases de factura, el Concejo Deliberante de Morón aprobó por unanimidad varios proyectos dedicados a reivindicaciones sociales y laborales, incluido el respaldo a la derogación de la ley provincial 11757 (actual estatuto municipal).
A instancias de la presentación realizada por los bloques oficialistas de FPV y NE, todos los concejales expresaron su «beneplácito» por la media sanción al nuevo convenio colectivo de trabajo, que se debate en la Cámara Alta bonaerense y tiene todavía resistencia de la liga de intendentes del PJ (basta con leer en nota aparte las declaraciones del de Ituzaingó, Alberto Descalzo), e incluso de sindicatos que responden más a los empleadores y jefes políticos que a sus afiliados. El recinto reconoció la lucha de la FESIMUBO y se declaró en favor del «fin de la flexibilización laboral» que siginificó la ley 11757 desde 1995 hasta hoy. Aún declarada inconstitucional, la federación antigua (FSMTBA) luchó para que no se derogue.
«La ley promueve la estabilidad en el cargo y la negociación colectiva entre municipios y trabajadores. Tendremos escalafón, carrera, calificaciones y ascenso. Y derecho a salario mínimo vital y móvil. Me siento orgullosa de haber sido parte de esta pelea», rezó la concejal del massismo Cristina Ibarra, dirigenta del Sindicato de Trabajadores de Morón. Ella prefirió no opinar acerca del voto negativo del Frente Renovador en Diputados, que en Morón votó muy distinto. De todas formas, no se dejó robar las banderas: «Esta ley la parió la lucha de los trabajadores».
Luego, la concejal del FPV Cristina Rodríguez se refirió a las denuncias de los trabajadores de la empresa de colectivos Ecotrans, cuyos delegados estaban en el recinto, acompañados por dirigentes del PO. «Ecotrans fue creada a principios de 2004 para asesoría y en junio recibe autorización para absorber la firma Transp. Del Oeste. Esta última decada la empresa ha explotado el servico sin hacer inversiones. En la actualidad se encuentra en una situación crítica que amenaza tanto a usuarios como a los trabajadores. Hubo accidentes y ausencia de repuestos. El 40% de los colectivos no funciona, porque no se invierte ni en neumáticos, ni en combustibles. La realidad de los talleres el terminal», describió. El reclamo también llegó a Diputados de la Nación para que el Grupo Cirigliano (ex TBA) haga las inversiones que se necesitan.
En la resolución el HCD se «se solidariza con los trabajadores de la empresa ECOTRANS, perteneciente al Grupo Plaza, que reclaman mayor inversión en repuestos y mantenimiento del transporte así como un trato mejor a los trabajadores con licencia por enfermedad y el pago correspondiente en tiempo y forma».
Por otro lado, y a instancias de la misma concejal, hubo solidaridad y congratulazión con los trabajadores del Cotillón Sandra, quienes se vieron en la calle el mes pasado sin sueldos ni indemnizaciones, aunque pudieron reorganizarse rápidamente bajo la forma de cooperativa con 14 de sus 30 integrantes. Según trascendió, habría habido una defraudación por parte de los contadores del tradicional comercio, ubicado sobre Larralde al 800, en Morón Norte, por cómo después de la muerte de su dueña, en febrero, se les dejó de pagar a proveedores y a empleados por igual.
Otro punto que se trató al inicio de la sesión fue la implementación de un boleto estudiantil gratuito en la órbita del distrito, similar a lo que se sancionó en la Legislatura bonaerense. El proyecto fue girado al Ejecutivo para su estudio, pero tiene el visto bueno de todos los bloques.
Huevos y facturas
El último punto generó polémica, pero terminó por hermanar a los concejales del massismo y el FPV, por las denuncias del periódico local del empresario K Javier Romero. Se trataba el repudio a las agresiones con «piedras y huevos» que un grupo de militantes realizó el 26 de septiembre, Día del Trabajador de Comercio, sobre negocios céntricos de Morón, cuando el concejal del Frente Renovador, Jorge Laviuzza, se quejó por la nota de «El Diario de Morón» titulada » El massismo atacó a comercios de Morón» y que se ilustraba con una foto de archivo de su espacio.
«Voy a adherir a las palabra de repudio. Pero también es preocupante la descalificación y queríamos dejar salvados algunos titulares, donde se involucra al massismo (…) No molesta que destaquen nuestros defectos, pero sí lo que es mentira. Trucan fotos», dijo y sacó a relucir aquella tapa en plena campaña electoral de 2013 en la que aparecía Martín Marinucci, actual presidente del bloque massista, junto a un barra de Boca que está prófugo de la Justicia, durante un acto. El propio Marinucci se encargó en aquél entonces de revelar que la verdadera fotografía, que obedecía a un actividad del FPV en 2011, incluía a varios concejales K y al propio Daniel Scioli. Mientras la prensa ultraoficialista intentaba acercar la imagen truchada a la Justicia, Un Medio demostró que era una burda operación, aunque el diario de Romero nunca se corrigió del error.
Lo curioso es que el propio concejal del FPV Gerardo Calabria se sinceró con Laviuzza al indicar que «me hago cargo de la foto» y agregar que «no le veo nada de malo».
El presidente de su bacanda, Claudio Román, consideró que no era el tema de debate pero también se solidarizó con el reclamo de Laviuzza, al igual que el socialista Favio Martínez.
Cerrado ese caso, se votó por unanimidad una resolución en la que se manifestó «el enérgico repudio y preocupación a los actos de violencia ocurridos el día 26 de septiembre del corriente, por el Sindicato de Trabajadores de Comercio de Morón centro y alrededores». Además del bloque renovador, sólo Martínez, ex secretario de la Cámara de Comercio de Haedo, se refirió al incumplimiento del feriado del 26, aunque excusó a muchos comerciantes porque la Federación Mercantil acordó pasarlo para el 29. El edil nunca se enteró que el SEOCA quería hacer valer lo que marca una ley nacional y no apoyó el acuerdo entre Cavalieri y las cámaras empresarias. «El feriado se había corrido para el 29 y muchos comercios cerraron sus puertas ese día», indicó. Como sea, hubo coincidiencia en que el acto vandálico no hizo más que complicar una «fiesta», que, en rigor, en el comercio minorista nunca se registró, porque el feriado tiene un escaso acatamiento, salvo en los supermercados y shoppings.