Familiares de Florencia Pereira recorrieron el centro de Ituzzaingó e hicieron una manifestación en la puerta de la clínica Dávila, en reclamo a sus autoridades, por una denuncia de mala praxis que tiene 5 años de antigüedad. La mujer había ido a tener familia y terminó en una silla de ruedas.
Según contó la familia, Florencia ingresó al quirófano luego de tener a su cuarto hijo en 2009 junto a su obstetra, Néstor Mattarollo. Tras el parto, el médico le realizó una histerectomía. Florencia salió muy mal de la clínica y pasó ocho meses sin saber qué había pasado en el interior de su cuerpo. Recién cuando se alejó de la ex Dávila, otros profesionales le confirmaron que le habían perforado la vejiga y causado una infección general.
Florencia presentaba una fístula de 5 centímetros de largo por donde se filtró la orina a todo su cuerpo. Perdió el intestino grueso, la vesícula, quedó incontinente, sufrió una fístula recto vaginal y quedó en una silla de ruedas. Su situación es irreversible.
La familia denunció a los médicos Néstor Mattarollo y Norberto Foschi, titulares del centro asistencia, por mala praxis y el litigio judicial incluye a la clínica y a la obra social Bristol Medicine.
“Hay pacientes que los adoran a estos médicos, y otros que sufrieron casos similares. Hay gente que por miedo no quiere hablar. No sé por qué el miedo, pero no quieren exponerse. Vino una señora que a la hija le pasó lo mismo hace diez años, casi pierde un riñón y la salvaron en el Otamendi, hubo un litigio, llegaron a un acuerdo y ahí se terminó. Casos hay muchos pero no quieren hablar. Espero que tengan la valentía para comunicarse, publicarlo. Este es el puntapié inicial”, resumió el marido de la víctima, Martín Masip.
Los familiares y amigos realizasron una marcha que partió de la intersección de Soler y Olazábal y se detuvo en la puerta de la clínica. Florencia no pudo asistir porque sus médicos le recomendaron no exponerse a tensiones ni problemas. Foschi publicó a modo de respuesta una carta abierta en la que asegura, contradictoriamente, que no fue médico de Florencia, pero también que participó en la cirugía en carácter de ayudante de cirugía.
“Yo no soy, ni fui médico de la Sra. María Florencia Pereira. Escucho su historia y con sinceridad debo decir que me angustia el estado al que ha llegado su salud. (…) El perjuicio que me está ocasionando la difamación que sufro es grave. Y no quiero que continúe. Por mí, por mi familia, por mi trabajo… y por quienes lo están ocasionando, innecesariamente. Desde todos los sectores se exige justicia. Que se juzgue a los responsables. Que paguen. Yo estoy ajustado a derecho y me caben las generales de la ley, como a todos. (…) le pido a la comunidad, a la Sra. María Florencia Pereira, a su familia, a sus amigos, a los vecinos que se solidarizaron, que entiendan que no es justo lo que me están haciendo. Yo estoy a disposición de la justicia para que investigue (…)”, se despachó el galeno en el comunicado, y continuó: “Es cierto, que en honor a la verdad, yo participe de la histerectomía que el médico de Florencia, diagnostico. Yo nunca tuve acceso a los estudios previos, no decidí la técnica quirúrgica a emplearse, no tuve ninguna injerencia en la decisión de la intervención. Tampoco tuve ninguna participación en el post operatorio, y en el tratamiento posterior. Yo no fui el Cirujano de la intervención quirúrgica practicada a Florencia, yo oficie de ayudante de la cirugía. Cual era mi función, colaborar y asistir cumpliendo las órdenes del cirujano actuante. Yo recuerdo detalles de aquella intervención, y la fístula que habría ocurrido, no se produjo en el quirófano. (…)Yo no me escapé, no me evadí, nada de ello, al contrario. No soy su enemigo. Si me equivoque tendré que responder. Yo no considero haberme equivocado”.
A pesar de las explicaciones, el doctor Foschi, que además tiene un popular centro clínico en Ratti (donde él mismo interviene quirurgicamente a pacientes y a muy bajo costo), consiguió que se dicte un bozal legal sobre Florencia que le prohíbe hablar de él hasta que el caso lo resuelva la justicia.
Fuente y fotos: 24CON