Randazzo reconoció la falta de financiamiento pero no descartó el soterramiento del ramal

El ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo , admitió hoy que el soterramiento del tren Sarmiento «no va a estar terminado» antes del final del mandato de Cristina Kirchner, aunque en rigor ni siquiera se inició. La falta de financiamiento atentó contra una obra aprobada en 2012.

«Es una obra que viene hace mucho tiempo, desde 2007, y estratégica para la zona oeste. Estaba asociada a la posibilidad de conseguir financiamiento. Hubo una crisis mundial, y por eso se suspendió la posibilidad de financiamiento y eso está demorando la obra», justificó el funcionario.

En declaraciones a radio América, Randazzo expresó: «Sería bárbaro que la obra se concrete, pero hay que ser prudentes». Consultado sobre si la obra estará finalizada «durante la gestión» kirchnerista, contestó: «No va a estar terminado el soterramiento».

«El sistema ferroviario no se destruyó en los últimos cinco o seis años, sino que en los últimos 60 no hubo una política ferroviaria», agregó el ministro.

La obra se había sido adjudicada en 2008 a un pool de empresas y estaba presupuestada en 11.000 millones de pesos hace tres años, cuando llegó la famosa tuneladora («Argentina») alemana a las trincheras de Haedo. Pero desde ese entonces el Gobierno no ha consiguido reunir los 1500 millones de dólares que el Consorcio Nuevo Sarmiento requiere para comenzar a cavar el túnel de 17 kilómetros hasta el barrio porteño de Caballito.

Este primer tramo iba a completarse en diciembre de 2015, pero la tuneladora más grande de América latina, que costó 40 millones de euros y tenía una llamativa cabeza con el escudo nacional, no se ha movido aún.

Luego del trágico accidente en Once, el 22 de febrero del año pasado, el Gobierno anunció el inicio de la obra, pero esa promesa tampoco se cumplió. En las 11 hectáreas del obrador de Haedo hubo poco movimiento. El último intento de que la obra se encamine había sido de la empresa brasileña Odebrecht, en el sentido de que hizo gestiones con bancos de Brasil para conseguir financiamiento. Pero la aprobación final nunca la tuvo.

Fuente: La Nación