Aunque por fuera de los actos centrales, las organizaciones de izquierda críticas del Gobierno se hicieron presentes en el polideportivo municipal de Castelar, el domingo último, cuando el municipio conmemoraba el Día Nacional de la Memoria a 39 años del Golpe de Estado del ’76.
Compartiendo espacios con stands de Nuevo Encuentro y la JP Evita, se abrieron paso también los militantes del PO y el PTS, el MST y Libres del Sur. Cada uno con sus consignas. La fuerza de UNEN divulgó un dispositivo de celular contra la violencia de género y levantó firmas para la campaña de la restitución del servicio nocturno del tren Sarmiento. El PTS, en cambio, participó de las denuncias contra figuras públicas.
Así como el kirchnerismo preparó pancartas en los que se distinguían los «Ellos» y «Nosotros», e invitaban a repudiar a figuras como las de Mirtha Legrand o Mauricio Macri, el PTS salió a pedir la renuncia del jefe del Ejército César Milani, quien está acusado de crímenes de Estado en los setenta.
«Mientras el sabbatellismo hizo de este evento un acto político electoral defendiendo el modelo del gobierno nacional, desde el PTS fuimos a invitar a la marcha del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, y la izquierda.Invitando a marchar de manera independiente del Gobierno y la oposición de derecha. Explicamos que el kirchnerismo bajó el cuadro de Videla, pero subió el de Milani, y que a días de cumplirse un nuevo aniversario del Golpe de Estado, beneficia con 10 mil millones de pesos a las Fuerzas Armadas», explicaron en el PTS tras la campaña «Fuera Milani».
También se expresaron «contra el gatillo fácil», con los casos de Luciano Arruga e Ismael Sosa presente en los carteles, «como también por la incansable lucha por la aparición con vida de Julio López».
Por su parte, la precandidata de Libres del Sur Sibila Botti, se quejó por la organización, aún cuando conoce a las autoridades municipales por su lucha estudiantil en el colegio Dorrego, una década atrás. «Le escribí a Hernán (Sabbatella) y me dio los datos de DDHH. Llamé toda semana, dejé mis datos en casa ocasión y todavía estoy esperando que me respondan donde pongo el stand. Nos mandamos con la mesa, no les gustó el lugar que elegimos, nos llenaron de banderas de Nuevo Encuentro y nos vinieron a sacar. Nos tuvimos que cambiar», afirmó frente a la pista de atletismo.
Botti era una combativa estudiante capaz de pararse de manos ante el mismo ministro de Educación (Mario Oporto por aquella década del 2000), pero hoy asegura que el gobierno coptó centros «para desactivar la lucha» y pasarlos a la estructura política convencional, tal cual ocurrió con el Dorrego. Hoy es madre y profesora. «Milito desde los 14. En esa época no militaba nadie en el PJ. Acompañé los primeros años del kirchnerismo, pero al ver que la cosa no cambiaba en cosas esenciales me retiré. En ese momento el PJ incorporó militancia, pero en los barrios hay pibes mal nutridos, no terminan la secundaria, falta trabajo genuino. Siguen planes sociales que no resuelven los problemas genuinos», se explicó.