En una reunión de Comisión Directiva celebrada anoche en el Deportivo Morón, su presidente, Diego Spina, finalmente pidió licencia. Se supone que hasta el fin de mandato y será el vicepresidente, Pablo Sauro, quien deberá cargar con una pesada deuda económica y el armado del plantel.
Spina había admitido la posibilidad de retirarse del club en noviembre, después de perder la elección en Morón y Provincia, pero antes del balotaje y de la fallida elección en la AFA. El ex funcionario de Sabbatella juró el 9 de diciembre como concejal del FPV. Había dicho públicamente que no podría pedirle dinero al municipio, al blanquear que la comuna subsidiaba al club para el pago de operativos y hasta salarios.
Ahora esa tarea quedaría a cargo de Sauro. Spina finalmente se abrió, o lo abrieron, en un contexto confuso de deudas y de cheques rechazados, que ya había hecho renunciar al tesorero. Cuestiones hasta legales impedirían que sigan firmando documentos de un club que debe entre 4 y 10 millones de pesos, según la prensa especializada. La mayor parte de ese dinero corresponde al plantel que quedó a un paso del ascenso en el Reducido.
Pero también hay deudas con el personal de seguridad, motivo por el cual no funciona el campo de deportes de Pontevedra y había problemas para abrir la sede también. No se pudo tampoco abrir la temporada de pileta. Hay obras que terminar y habrá que ver de dónde salen los recursos, aunque en este caso el Municipio sí es garante de un fideicomiso que la administración de Ramiro Tagliaferro se puso a estudiar en el BAPRO.
Antes de irse, Spina abrochó la salida de Blas Giunta y la llegada de Otta como DT. La vuelta de las vacaciones del plantel podría terminar en agremiados.