El Jefe de Gabinete nacional, Marcos Peña, anunció hoy la disolución, vía DNU, tanto de la AFSCA como de la AFTIC, que serán absorvidos a partir del lunes 4 por el nuevo Ente Nacional de Comunicación. Además se propondá una reforma de las leyes de Medios Audiovisuales y de Telecomunicaciones. Ayer, la intervención informó cómo la AFSCA financió al sabbatellismo, que resiste la adecuación.
«Se terminó la guerra contra el periodismo en la Argentina», aseguró el jefe de Gabinete, esta mañana, en rueda de prensa junto a Miguel De Godoy, quien estará al frente la ENC y del ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad.
«El periodismo debe ser independiente y crítico, si no es otra cosa», sentenció Peña y señaló que «queremos más transparencia en el sistema de la pauta (publicitaria), menos injerencia del Estado y que haya igualdad» respecto de la relación con los medios.
El jefe de Gabinete adelantó que impulsarán la creación de una comisión bicameral del Congreso «para discutir una nueva ley de comunicaciones que integre las dos leyes, para que haya un marco normativo del siglo XXI». Para Peña, la norma sancionada por el kirchnerismo es vieja porque no tuvo en cuentas cuestiones centrales como internet y se promulgó con el objetivo principal de «controlar a los medios de comunicación».
En los hechos, el Gobierno modificará la ley de medios para permitir la transferencia o venta de licencias -algo prohibido pero que se permite en forma arbitraria- y sacaría la regulación de la televisión por cable (entre otras cosas, los topes vigentes para operar en más de 24 localidades), algo que exeptuaba a DirectTV y que también se aplicaba de manera irregular de acuerdo al concesionario. La habilitación por localidad nunca se cumplió. Tampoco la franja para medios locales en las señales cerradas de televisión. Fueron 6 años en los que poco y nada se hizo por mejorar la oferta.
Habrá que ver si las modificaciones suman o restan. Hoy el Triple Play (cable, internet y telefonía fija) se brinda en casos casi excepcionales (Telecentro) porque no está legislado. De abrirse esta posibilidad que abarata los costos y que tendría a Telefónica como la gran beneficiaria (por ahora factura Internet junto con las promociones con Direct TV, pero no puede brindar servicio de cable por sus tendidos), habrá una guerra de inversiones.
Guerra con Sabbatella
Luego de la resistencia pacífica y del acto que encabezó junto a panelistas de 678 en Parque Saavedra el sábado (organiza otro en Villa Gesell este sábado), el interventor de la AFSCA, Agustín Garzón, despidió a los 32 delegados que el organismo tenía en las provincias. Se sumaron a otros 15 funcionarios.
El interventor indicó también que se detectaron 130 casos de empleados a los que se les retenía el 8% de su sueldo bruto como aporte a Nuevo Encuentro, que lidera Sabbatella. En total, esas retenciones sumaban 283.131 pesos mensuales. Por este motivo, el ex presidente de la Afsca había sido denunciado en 2013 y la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA) había iniciado una averiguación que el juez federal Sebastián Casanello archivó el 28 de octubre por considerar que los aportes eran voluntarios. El fiscal Guillermo Marijuan pidió que se reabra esa causa.
Sólo de sus aportantes en la Afsca, el partido Nuevo Encuentro recibió este año $ 3.680.703. «Estamos viendo si hay algún requerimiento judicial sin responder para aportar la información, que está a disposición de la Justicia», afirmó Garzón. Según la ley de Financiamiento de los Partidos políticos, los empleados públicos no pueden ser obligados a realizar aportes partidarios. Pero no es ese el punto. Es que los empleados de la AFSCA ingresaban porque eran militantes: aportaban con gusto. Pero la ley prohibe también que un organismo público financie a una fuerza política. Y si militantes cobran de y aportan a los mismos jefes, se convierten en la vía por la cual el Estado financia a la organización en la que militan.
Por supuesto que no es un hecho aislado y será divertido ver qué decide la Justicia en este caso y cómo se aplicaría a partir de ahora en todos los otros.
Soldado de Cristina Kirchner, Sabbatella busca resistir políticamente las denuncias y los cambios, ahora en su rol opositor. Ante el anuncio de Peña, se despachó con una serie de frases: «La única guerra es la de ellos contra las instituciones de la Democracia, la libertad y la pluralidad de ideas».
«Avanzan sobre las instituciones democráticas y la libertad ciudadana, como en las peores épocas de nuestra historia», posteó. «Estamos atravesando uno de los peores momentos de la Democracia, en el que la Casa Rosada es el bunker de las corporaciones». «Macri odia a la Democracia y a las instituciones. Por eso ignora al Congreso y gobierna con DNU, fallos cómplices y blindaje mediático».