El director del Hospital Posadas denunció el ataque a un resonador y negó que haya despidos

El director del Hospital Posadas, Alberto Díaz Legaspe, denunció que un resonador magnético estará fuera de funcionamiento, al menos por las próxima dos semanas, debido a que el domingo metieron una silla de ruedas incrustada en la puerta del artefacto.  Según advirtió, sería un acto deliberado.

El ataque se suma a una serie de «casuales» daños, tales como roturas simultáneas de ascensores, de refrigeración de medicamentos, de aires acondicionados.

«No tengo la menor duda», respondió el director ejecutivo del centro de salud al ser consultado sobre si existía la posibilidad de que hubiera sido un acto deliberado, con el objetivo eventual de dejarlo fuera de servicio. «La gente que manejaba el resonador ese día es gente veterana que sabe manejarlo. Cualquiera que se ha hecho una resonancia sabe que no puede entrar con metales, ni siquiera con un anillo. Además hay un cartel en la puerta que lo advierte. Encima, la silla de ruedas tiene que estar a menos de un metro para que sea absorbida y nadie la paró ni la sacó», afirmó.

El titular del nosocomio, asumido en enero, no descartó que se trate de un sabotaje con un plan de recorte de contratados que ingresaron de la mano de la intervención anterior, que respondía al Nuevo Encuentro de Martín Sabbatella. «Este hospital ha sido muy usado para la política, para los intereses personales, cuando lo único que se debiera tener interés en atender a la gente, porque al Hospital Posadas entran 3 mil personas por día para recibir atención médica», dijo y, sin nombrarlo, reconoció que la intervención anterior «la manejaba el ex intendente» Sabbatella.

Hace dos meses que corren rumores de bajas de contratos, pero el funcionario negó que haya listas negras. «No se ha despedido a nadie y el que renunció fue porque se marchó con la conducción anterior, como corresponde», indicó Legaspe. Muchos sabbatellistas igual resisten en áreas administativas.

Legaspe señaló que cuando «el domingo se rompió el aparato resonador, dolió mucho porque se lo había reparado hace poco». «Hubo un acto de negligencia absoluto», sostuvo. «La semana pasada se descompusieron todos los ascensores juntos, no hay refrigeración en las oficinas de los directores, se rompen las heladeras del vacunatorio. Hay 30 resonancias por día que vamos a tener que salir a ver quién las puede hacer», concluyó.

El estado de los ascensores no es novedad, pero se sabe que dentro de los arreglos que hizo la última gestión kirchnerista está la parte del directorio, que es lujosa al lado de los sectores de atención e internación.