El Tribunal en lo Criminal N° 1 de Morón condenó a 11 años de prisión a Javier Albornoz por «intento de femicidio agravado por el vínculo», en la causa que se seguía por la salvaje agresión a su ex mujer, Karina Abregú, el 1 de enero de 2014, en Merlo. Querella y Fiscalía habían pedido 18 años.
«Siempre dije que vine con esperanzas de que se tenía que ir preso de acá, y se dio», señaló la mujer, quien agregó que su lucha de dos años y cuatro meses para que Albornoz termine preso no concluyó porque “yo tengo que seguir con mi tratamiento”. “No es lo que habíamos pedido pero es una condena alta”, agregó el abogado querellante, Alejandro Gois.
«La lucha de Karina y de – su hermana- Carolina hizo que se llegara a esta instancia. Hubo una excelente labor de los fiscales. Ella pudo contar lo que pasó para que el relato tenga fuerza», celebró el letrado, aunque cuestionó: «En cualquier otra causa similar Albornoz no hubiera llegado en libertad».
Si bien no se conocieron los fundamentos, el TOC pidió la detención inmediata de Albornoz, que pasó todo el proceso en libertad, luego de un breve paso en el que estuvo detenido. La familia de Karina reveló que también mantuvo el trabajo, mientras que la víctima no pudo regresar a la misma empresa, donde también se desempeña su hermano.
Carolina, que está casada con un primo del condenado, lamentó que «muchas familias no pueden hacer la denuncia: nosotros no tenemos plata, pero denuncien, no queremos más mujeres muertas».
Abregú tiene el 55% del cuerpo quemado y pasó por 30 operaciones. Pero los maltratos duraron los 13 años de matrimonio. Ella lo denunció 15 veces.
Acompañamiento de Ceballos
La víctima fue acompañada por organizaciones de izquierda y de género. Jorge Ceballos, secretario general de Libres del Sur de la Provincia, dijo en Tribunales que “esta condena aporta a lograr el cumplimiento de la legislación vigente, la defensa de la integridad de las mujeres, la responsabilidad de los funcionarios públicos y la concreción real del Ni Una Menos”. Y lo fundamentó: “Karina, antes de terminar quemada, había denunciado a Albornoz por violencia y luego por incumplir las órdenes de restricción de la Justicia, pero nadie actuó y las consecuencias fueron éstas”.
Ceballos expresó también que “no sólo debe ponerse en real vigencia la ley 26.485, sino además extremarse las medidas de protección a las mujeres que denuncian a sus agresores porque, o son insuficientes, o no son respetadas. La Justicia debe hacer que se cumpla lo que dicta”.
“La historia de Karina no es un caso. Es un hecho que demuestra la poca conciencia de los niveles de violencia machista que existen en nuestro país. Primero, los médicos del hospital Eva Perón le creyeron a Albornoz que Karina había atentado contra su propia vida. Luego, ella lo denunció y estuvo detenido sólo 30 días. Los jueces tampoco le creyeron pese a que había hecho 15 exposiciones por violencia, antes del intento de femicidio. Estuvo seis meses internada y sufrió más de 30 operaciones y, luego, la empresa donde trabajaba -la misma que hoy conserva como empleado a Albornoz-, la despidió en plena convalecencia. Es terrible”, relató el dirigente.
“Este hecho nos dice que es importantísimo llevar adelante una campaña no sólo de información y prevención de la violencia dirigida a las mujeres víctimas, sino también una fuerte campaña de capacitación para todos aquellos que tienen que acompañar, asesorar o atender a esas mujeres, para que no pase lo que pasó con Karina”.