El sobrino del Papa y la titular de la Fundación Haciendo Lío fueron asaltados en San Fernando

José Ignacio Bergoglio (32), sobrino del Papa Francisco y vecino de Ituzaingó, fue asaltado en la mañana del sábado último cuando circulaba junto a su novia por Avenida Camino las Lomas, en el límite de los partidos de San Fernando y San Isidro. «Corré o te lleno de plomo», dice que le gritaron.

La pareja iba a bordo de su auto Chevrolet Corsa cuando fue abordado por dos hombres, uno de ellos armado, que lo hicieron circular alrededor de seis cuadras hasta el interior de la villa Jardín, el famoso barrio que dividió a dos distritos a  través de un polémico muro que vecinos levantaron y demolieron.

Allí, le sustrajeron prendas varias, dinero, un teléfono celular y una bolsa con ropa, aparentemente para donar, que estaba en el baúl del auto.

Luego, los delincuentes se dieron a la fuga del lugar a pie.

Bergoglio se retiró del lugar y al tomar por la Autopista del Buen Ayre y llegar al peaje de José León Suárez, divisó un móvil de la Policía de Seguridad Vial al cual le da aviso del hecho delictivo que acababa de sufrir.

Junto a los policías, se dirigió al destacamento más cercano, donde realizó la denuncia.

Posteriormente, el titular de la Fiscalía Descentralizada de San Fernando, Oscar Nuñez Garreto, concurrió al lugar para tomarle declaración, caratuló el hecho como “privación ilegal de la libertad y robo” y pidió a la DDI San Isidro que recabe información de cámaras de seguridad.

José Ignacio es hijo de María Elena, hermana del Papa. Y ya había sido víctima de un hecho de inseguridad en junio pasado, cuando junto a su pareja, Marina Muro, la fundadora y presidenta de la organización «Haciendo Lío», fueron asaltados cuando estaban a punto de entrar a su casa en Ituzaingó.

“Se me subieron al auto con una pistola amenazando con que si no hacía lo que me decían me llenaban de plomo, me metían un corchazo”, contó Bergolgio.

Y explicó: “Venía de dejar a mi novia en la facultad, e iba para Ituzaingó a tomar mate a lo de mi mamá (María Elena, la hermana del Sumo Pontífice)”.

“Cuando me apuntaron atiné a mostrar las palmas de las manos y a no hacer movimientos bruscos”, describió a un zonal del Grupo Clarín.

“Fue un momento muy feo. Me hicieron meterme en las calles de San Fernando y manejar unas siete a diez cuadras, pareció una eternidad”, confesó.

 

Fuente: Telam y Clarín