Luego de la operación K, la jura a la bandera en Morón no se hará en la Base sino en la Plaza

Una formidable operación política y mediática del FPV hizo que el intendente de Morón, Ramiro Tagliaferro, cambiara la sede de la promesa a la bandera. Según confirmó esta mañana, el acto del 22 de junio se realizará en la Plaza San Martín y no en la Base de Morón Sur, tal como estaba previsto.

El kirchnerismo había presionado duro para que esto suceda, con el argumento de que el acto no podía realizarse “en un centro clandestino” de la Dictadura. La movida comenzó con la carta de una ex detenida (sería cercana al actual secretario de Servicios Públicos de Hurlingham, Luis Pereyra, que estuvo en la Base durante la represión de Estado) a la directora de la escuela, en la que le prohibía a su hijo hacer la jura en ese predio.

Una cuestión muy atendible, pero que chocaba de frente con la historia reciente del lugar, adónde los gobiernos del FPV hicieron actos de todo tipo: desde entrega de notebooks hasta festivales. El propio ex ministro de Defensa, Agustín Rossi, encabezó el último “Argentina Vuela”, en 2014, junto a “medio millón de personas”, según se puede encontrar en portales de la Fuerza Aérea y el INAC, que allí tiene su propia escuela secundaria.

El predio, que este año volvió a la esfera de las FFAA, tiene también el Museo de Aviación, donde se hacen visitas guiadas. En 2014, Rossi y el ex intendente, Lucas Ghi, inauguraron el monumento a Jorge Newbery. Fue la Base represiva de la Fuerza Aérea, y también la pista que vio volver al Gral. Perón y a los restos de Evita. Allí corrió el Turismo Carrera. Martín Sabbatella quiso convertirlo en aeropuerto.

Hasta el miércoles, el municipio no estaba dispuesto a cambiar de sede, pero por una mera cuestión logística. Desde 2003 y hasta 2013 la jura la realizó el intendente en Plaza San Martín. Las últimas veces fue en la cancha del Deportivo Morón.

“Lo estuvimos analizando con gente de carrera y nos decían que había un serio problema de seguridad y además de tránsito en el centro de Morón”, apuntó el martes el director de Educación de la comuna, Rubén González Dorfman, quien aseguró a este medio que “formalmente, la Dirección no recibió ningún pedido de nada” en contra el acto en la Base.

Ayer el intendente cambió de opinión, tras una serie de acusaciones por medios de comunicación y una charla con Ezequiel Pavese, de la Asociación Belgraniana, quien había pedido volver a la Plaza para evitar una confrontación. Este jueves, en el HCD, el FPV intentaría repudiar el acto mediante un proyecto.

“Tagliaferro se burla del proceso histórico de Memoria Verdad y Justicia que vive nuestro país. Le exigimos que cambie el lugar de promesa de la bandera y que lleve a cabo todas las medidas necesarias para que allí funcione un sitio de memoria”, comunicó a la prensa Movimiento Evita.

Al ver tantas repercusiones, el gobierno de Cambiemos creyó que no valía la pena tener una postura dura. “La Base fue la primera opción. Era algo lógico para un evento tan grande, con tanta gente, unas 15 mil personas. La Base nos daba seguridad y facilidades de acceso, además de su espacio físico, sin alterar el centro de Morón, que se ve muy afectado cuando se hace el acto en la Plaza”, explicó el intendente.

Y agregó: “La jura es un acto muy importante. Algunos plantearon que la Base no era conveniente. Otros hicieron política barata mirando hacia atrás. Nosotros miramos para adelante y queremos que esté todo el mundo. Ahora es muy más complejo organizarlo, pero lo vamos a hacer en la Plaza de Morón”.

Tagliaferro reflexionó cuando recibió un llamado de la Asociación Belgraniana, que no rechazó la Base, pero sí la presunta “división” social: “Creen que por ahí algunos en la Base no se iban a sentir cómodos. Y creo que lo dicen genuinamente. Otros se dedicaron a bombardear lo que debe ser una fiesta”.

También pesó una presión personal. “Apareció una nota en Página 12 donde se decía que los padres habían juntado firmas en el colegio donde van mis hijos. Pero la Directora no recibió ninguna carta”, contó Tagliaferro.

Aun cuando tuvo que recular, el jefe comunal espetó: “Mis hijos van a un colegio en el centro de Castelar. Nosotros siempre hicimos política, pero la política la dejábamos en la puerta, a diferencia de otros que no tienen escrúpulos. Nuestra forma es la que ganó en la última elección”.