Apoyo del comercio a Tagliaferro, en la segunda jornada de protesta de los vendedores callejeros

La CAME, la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA)  y las principales asociaciones empresarias de Morón expresaron hoy su respaldo a la lucha que emprendió el municipio de Morón contra la venta ilegal, en la segunda jornada consecutiva de protestas en la estación.

Al igual que ayer, unas 200 personas produjaron piquetes y cortes de calle sobre Avenida Rivadavia y en la calle Brown, aunque no hubo represión por parte de la Policía, que se limitó a formar cordones de seguridad en la esquina del palacio municipal. Los puesteros relevados son 350.

La protesta se inició luego de una semana de negociaciones, en las que los puesteros se negaron a ingresar a programas alternativos de asistencia social y microcréditos. Una guardia estratégicamente dispuesta en los puntos claves que utilizaban los vendedores impidó que se volvieran a instalar.

Ayer la negociación estalló y, como en 2013, la red de vendedores ambulantes salió a tomar las calles contra la gestión municipal, ahora al grito de «preguntale a Sabbatella» cómo le fue cuando intentó correrlos. A la larga, siempre volvieron. La batalla más épica se vivió a principios de 2000 cuando Martín Sabbatella llevó a los vendedores de la «Peatonal Sarmiento» a la feria internada. Se quedaron con ese espacio y luego con la calle.

Está claro que el negocio es la venta ilegal, libre de impuestos, en la estación. Al naufragar las negociaciones se hizo una denuncia penal contra los activistas. Mientras tanto, el Ejecutivo buscó la colaboración de las cámaras de comercio, a fin de cuentas las grandes beneficiadas con esta pelea.

Por eso, mientras en la esquina de la Municipalidad ardían las cubiertas de neumáticos, las asociaciones se reunieron con el intendente, Ramiro Tagliaferro, y coincidieron en mantener la «tolerancia cero» respecto de la venta ilegal de mercadería y «trabajo esclavo», aunque quedan algunas alternativas.

Trascendió, por ejemplo, que el municipio ofreció armar otra feria, en un lugar no confirmado. Al mismo tiempo se anuncia la llegada de un Wall Mart.

«El Municipio intentó llegar a un acuerdo con los vendedores, buscando soluciones para los trabajadores y sus familias. Les propusimos iniciativas productivas, asistencia social, formación en oficios – sostuvo el intendente a los comerciantes en la reunión- . Nuestra posición seguirá siendo muy firme, que es devolver a los vecinos el espacio público. Creemos en lo que estamos haciendo y en este camino. El éxito de esta iniciativa va a ser el trabajo de todos, no sólo del equipo del Municipio, por eso es importante el apoyo de CAME y de todas las cámaras empresarias».

Por su parte, el secretario de CAME, José Bereciartúa destacó: «No teníamos noticias como esta en el Conurbano. Por eso apoyamos totalmente al municipio».

«Estas mafias hicieron perder la vereda y la calidad de los centros comerciales. Hablamos de mercaderia ilegal, nacrotráfico, trata de personas. Estamos seguros que en las próximas semanas y en los próximos meses va a haber una recuperación de la actividad comercial, porque seguramente el Centro Comercial hubiese tenido más actividad legal si no hubieran estado estas mafias instaladas», sostuvo el representante de CAME.

Por FEBA estuvo su vicepresidente, Silvio Zurzolo. Además, participaron del encuentro autoridades de las entidades locales Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Haedo, Cámara de Farmacias Bonaerenses, Unión de Talleristas, automotores y afines de la zona oeste (UMAM), Centro Comercial e Industrial de Castelar, Cámara de la Industria, el Comercio, las Empresas y Profesionales de El Palomar, Asociación Comercial e Industrial de Morón, Unión de Comerciantes Agüero, Unión de Almaceneros, Centro de Industriales Panaderos del Oeste, Asociación de Comerciantes e Industriales de Castelar Sur.

La cita incluó también a Gustavo Costamagna, presidente de la Unión de Cámaras Empresariales de Morón (UCEM), quien militaba dentro del sabbatellismo. Consultado sobre la gestión anterior, dijo que «no hubo encubrimiento», pero reconoció que existió una «dejadez» tras los primeros intentos.

Todos los comerciantes pidieron al municipio mantener su política. «No habrá más venta ilegal», prometieron. Sólo diferencian a los «artesanos» de los vendedores callejeros o ambulantes. Según la CAME, la venta ilegal mueve 60 mil millones de pesos al año, desde centros clave como La Salada.

En charla con periodistas también sobrevoló sobre los 300 empleados que pierden sus ingresos, la relación de los socios capitalistas con la barra de Morón y otros comercios que tienen «en blanco» o son cómplices (les guardan mercadería), hasta la necesidad de fomentar  el empleo, como la industria.

No faltó en la singular conferencia con los empresarios un par de militantes infiltrados que intentaron acorralar a los empresarios, exponiendo los mismos argumentos que los vendedores callejeros. Hubo discusiones, algunos gritos, pero sin que pase a mayores. El escándalo estaba allí afuera.

 

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