Descalzo aprieta a Macri por la obra del Hospital pero no puede dar Salud a sus vecinos

Una mesa multisectorial kirchnerista salió a reclamar la apertura del Hospital del Bicentenario en Ituzaingó, con un abrazo simbólico al nuevo edificio. La obra había sido falsamente inaugurada por el intendente en 2105 y funcionó como una zanahoria frente al deficiente sistema de salud municipal.

La manifestación no reunió mucha gente y obtuvo más rebote por las críticas que recibió, que por los apoyos. El primer abrazo fue el sábado 2 y el segundo el viernes último, convocado por la «Mesa en Defensa del Trabajo Ituzaingó», que conforman la CTA, el CTEP y otras organizaciones del FPV.

El reclamo no es inédito: los vecinos de Ituzaingó se pregungan hace años cuándo van a tener un hospital.

El viejo nosocomio de la calle Brandsen pasó en 2008 al rango de «unidad sanitaria», y aunque tiene guardia 24hs. no cumple ni siquiera con la ordenanza que regula su funcionamiento:

No puede cumplir, entre otras cosas, como las urgencias coronarias o la atención de grupos de riesgos. No tiene unidad de terapia intensiva. No tiene siquiera un desfribriliador. Y el servicio de ambulancias tampoco. De hecho, el polémico servicio de emergencias de «Salud Protegida» no atiende menores de edad. Al menos es lo que le indicaron a una madre que tuvo que llevar a su niña, convulsionada, al Posadas para que se la salven.

Ese incidente movilizó un poco a la oposición, para realizar pedidos de informes y reunirse con los responsables de Salud Protegida, aunque el contrato es todo un misterio para los concejales. «Si lo conseguís te hago un monumento», desafió un opositor a este medio. Lo K no marchan por esto.

Tampoco reclamaron ante las promesas incumplidas de una nueva obra que funcionó como una zanahoria desde el 2003, cuando el intendente Descalzo y el ex gobernador Felipe Solá colocaron la pieda fundacional del nuevo Hospital. El proyecto final nació en 2008 gracias a la Resolución 125, e iba a ser financiado por las retenciones. En 2011 se lo pasaron al PAMI, lo que motivó denuncias por desvío de fondos específicos.

El convenio establecía también que la Obra Social, a cambio de hacer la obra para la comuna, le empezara a enviar afiliados que eran quitados de la lista de atención de clínicas privadas de la zona. Incluso enviaron al servicio local a pacientes de riesgo, que no podían ser atendidos por la comuna.

Es por esto, y no por la necesidad de salud de los vecinos, que la protesta K aparece tan convenientemente política como hipócrita. El hospital del Bicentenario, propiedad del PAMI, será una solución cualquiera sea el servicio que preste. Quizás resuelva los problemas de memoria de algunos sectores.

«El intendente de Ituzaingó impulsó un simbólico abrazo a las obras del Hospital del Bicentenario que viene prometiendo hace varios años. Funcionarios oficialistas junto a un puñado de vecinos de buena fé, mostraron su descontento con el retraso de las obras a cargo del PAMI», contó el concejal socialista Esteban Vallarino.

Y agregó: «Esperamos que además de intentar echar culpas a la actual gestión, quienes fueron responsables de tantas mentiras y promesas incumplidas, se pongan a trabajar en coordinar la atención primaria municipal con los nuevos servicios, equipar el edificio y conseguir los profesionales médicos que mejoren la salud de la ciudadanía de Ituzaingó (se encuentren afiliados o no a la Obra Social de los jubilados)».