Muestra “Familia: Modelos para desarmar”

La exposición, compuesta por más de 250 fotografías en las que artistas de siete países intentan develar múltiples formas de «ser familia» moldeadas por el contexto histórico-cultural, se inauguró ayer en el Museo de Morón y se podrá ver hasta agosto en cinco espacios del partido bonaerense.

Se trata de una muestra con curaduría y textos de la cooperativa de fotógrafos Sub, que convocaron a 22 artistas para «generar una narración coral entre realizadores consagrados y nuevos autores cuyos ensayos indagan en temáticas como ausencia, pérdida, identidad, memoria, maternidad, diversidad sexual, inclusión y desarraigo», promoviendo un espacio de reflexión sobre la familia.

«Familia, modelo para desarmar» es uno de los trabajos impulsados por Sub, cooperativa de fotógrafos con una impronta atravesada por la creación colectiva y la fotografía como herramienta de investigación, cuyos integrantes realizan proyectos con diseñadores, periodistas, escritores e historiadores.

La inauguración fue en el Museo Municipal Histórico y de Artes de Morón (MuMo), ubicado en Casullo 59, uno de los cinco espacios del partido ubicado en el oeste bonaerense en el que se podrá ver la muestra. Los otros son la galería a cielo abierto ubicada en la Plaza General San Martín (Buen Viaje y Belgrano), el Hall del Palacio Municipal (Brown 964), el espacio de artes visuales Villa Mecenas (Torres 618) y el Honorable Concejo Deliberante (Brown 910).

Gisela Volá, fotógrafa e integrante de Sub, explicó que la muestra se expuso por primera vez el año pasado en la Ciudad de Buenos Aires en la galería Arte x Arte y que «la llegada a Morón implica el comienzo de la descentralización de la propuesta, porque se espera que después las obras visiten provincias como Córdoba y Mendoza».

«Nuestro interés es mostrar que no hay una sola manera de familia contemporánea sino muchas maneras de serlo y esas vivencias están puestas en la exposición. Lo que no se va a encontrar es la familia conocida como modelo que es el que llamamos a desarmar», relató.

Volá explicó que hubo un año de trabajo de selección y edición en el que los autores permitieron construir nuevos sentidos para fortalecer los ejes que se proponían destacar desde la perspectiva de la familia definida desde Sub como «el primer continente que vincula lo privado y lo público, en el que se absorben los valores marcados por el sentido común dominante, se instauran las reglas sociales que organizarán nuestras vidas y se conforma nuestra mirada sobre el mundo».

«En esta muestra hay más de 250 trabajos de artistas consagrados, como Ana Casas Broda y Jorge Saénz, y otros emergentes, como Florencia Lo Re y Cecilia Estalles», cuenta Volá, y explica que «ninguno de los trabajos fue realizado exclusivamente sino que ya tuvieron un tiempo de maduración y esa fue una condición para elegirlos, ya que queríamos que las temáticas tuvieran relación con la vida personal de los autores».

Lucila Quieto y Gerardo Dell´Oro son algunos de los fotógrafos cuyos trabajos forman parte de la exposición y ambos «tensan la cuerda entre intimidad y política, al dar cuenta de la huella brutal que la violenta historia reciente de la Argentina dejó en el camino de muchas familias».

El ensayo de Quieto se llama «Filiación» y muestra las diferentes formas de la ausencia de su padre, interviniendo fotografías con distintas técnicas para intentar imaginar momentos familiares posibles, que reconstruyen un álbum familiar alrededor de una ausencia.

«Imágenes en la memoria» de Dell´Oro, en cambio, reconstruye su álbum familiar sobre el archivo fotográfico iniciado por su padre Alfonso, que fotografiaba y registraba el devenir de la familia hasta que su hija (hermana de Gerardo) y su esposo fueron secuestrados.

En «Los abrazos» Gabriela Muzzio eligió una fotografía en blanco y negro de su álbum familiar en el que aparece un abrazo intenso entre sus padres y la puso en sintonía con una serie de retratos de formato medio de varias parejas congeladas en esa pose.

Alan Laboile expone el universo que habita su propia familia en un lugar bucólico de la campiña francesa, en Burdeos, a través de fotografías en blanco y negro en las que se ve a los hijos pequeños descubrir el mundo que los rodea, los elementos, los animales y los juegos que parecen infinitos.

La fotógrafa argentina radicada en España Oriana Eliçabe presenta el seguimiento de cinco familias formadas por mujeres en España, Holanda y los Estados Unidos, bajo el título «Familiarizarse», en el que abre un espacio de reflexiones sobre las familias que rompen el mandato heteronormativo con imágenes de la intimidad de esas madres y sus hijos entre 1999 y 2001.

Diez años más tarde Eliçabe volvió a encontrase con esas madres y a través de nuevos retratos muestra la evolución de esas relaciones afectivas.

El santafesino Héctor Río visibiliza en su ensayo el vínculo que tiene con Carlos, el hijo de su madrina, que tiene síndrome de Down, con una nueva pista sobre su vida y la de su familia que lo integra a la vida social alejándolo de la condición de «paciente». El ensayo se llama «Los martes con Carlitos».

«Familia, modelo para desarmar» se exhibe hasta el mes de agosto y, según informaron desde la cooperativa Sub, está previsto que cada mes haya una actividad con los artistas y autores de las obras.

 

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