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A diez años de su desaparición, familiares, amigos y organizaciones de izquierda marcharon ayer para exigir Justicia para los responsables del crimen de Luciano Arruga, el joven de La Matanza fue enterrado como NN en el cementerio de la Chacarita y, si bien la Justicia no probó el homicidio, sí condenó a policias que lo torturaron en una comisaría.
La convocatoria fue amplia, pero con la Correpi como epicentro. Tuvo lugar en General Paz y Mosconi, Lomas del Mirador. En la marcha se mostraron pancartas del ex gobernador, Daniel Scioli, aunque también de Mauricio Macri y de Patricia Bullrich, ajenos al episodio. También hubo fotos de Iago Ávalos, víctima de un caso de gatillo fácil en Villa Tesei, y de Santiago Maldonado, el militante de la RAM que murió ahogado tras el desalojo de un piquete en Neuquén.
Desde el kichnerismo se hizo silencio de radio. Scioli, la intendenta Magario y la propia Cristina Kirchner estaban atentos a los que sucedía en el plenario justicialista de Santa Teresita. Y prefirieron no hacer alusión al sospechado crimen.
En la madrugada del 31 de enero de 2009, Mónica Alegre y Vanesa Orieta, madre y hermana de Luciano, lo buscaron por hospitales, comisarías y morgues. El adolescente de 16 años había sido visto por última vez en Lomas del Mirador. Recién cinco años después, en 2014, se lo encontraba enterrado como NN en el Cementerio de la Chacarita.
Mucho tuvo que ver la presión del CELS, acaso la única organización K que denunció a Scioli, aunque fuera por sus internas.
Una investigación determinó que Luciano cruzó la avenida General Paz corriendo y fue atropellado por un auto, por lo cual el joven fue derivado al hospital Santojanni, donde falleció. Es lo que dice la historia oficial. Se sospecha que fue arrojado desde un auto por sus victimarios. Fue trasladado a la morgue, porque supuestamente nadie reclamó su cuerpo.
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— #FueLaPolicía (@LucianoArruga) January 26, 2019
Sin embargo, la familia había concurrido al centro de salud y sospecha que el chico había sido arrollado mientras era perseguido por policías de Lomas del Mirador, que ya lo habían detenido varias veces porque se negaba a robar para ellos.
EL 15 de mayo de 2015, el Tribunal Oral en lo Criminal 3 de La Matanza condenó a 10 años de prisión al policía Julio Torales por torturar a Arruga. Los jueces confirmaron que el 22 de septiembre de 2008, entre las 11 y las 19, Arruga estuvo alojado en el sector de la cocina del destacamento de Lomas del Mirador, tras haber sido detenido como sospechoso de un robo y allí fue torturado a golpes «con un elemento duro o romo» por Torales, mientras otro policía lo sostenía.
