HCD Ituzaingó: Sandra Rey volvió a ocupar una banca, justo para el tratamiento de la Rendición de Cuentas de su gestión

El Concejo Deliberante de Ituzaingó aprobó por mayoría la Rendición de Cuentas de 2019, en una sesión que contó con el retorno de Sandra Rey a las bancas, tras su paso por el Ejecutivo, aunque esta vez bajo el rótulo de «Ituzaingó Positivo».

«Hemos transitado un año muy difícil, que se desprende de la crisis económica que esta atravesando la Argentina. Y sin embargo, desde el Estado local se han administrado correctamente los recursos sin generar deuda», destacó el titular del cuerpo, Pablo Piana, en un comunicado en el que no se registra un sólo número del balance municipal de 2018.

«Al municipio no le cierran las cuentas. Registra una deuda de 300 millones de pesos y además carece de transparencia», sostuvo en concejal Ezequiel Carrizo, de Cambiemos.

El escenario se había montado para un show. Mientras asesores de la oposición y periodistas que se quedaron sin ingresar al recinto que desde hace 24 años el Concejo alquila en la calle Mariano Acosta a 141 (claro, Nación no se lo financió), los seguidores de la exfuncionaria sí pudieron entrar con remeras a tono con la campaña que sigue en las redes.

“Llegué con el firme propósito de invertir en Ituzaingó y generar puestos de trabajo”, indicó al sentarse en la banca que ganó como segunda candidata en la lista de Unidad Ciudadana de 2017. Ese año pidió licencia para volver al Municipio como secretaria de la Producción, lugar que ahora ocupa otra referente de UCIADI como Andrea Mussante.

«Fueron ocho años de aprendizaje, pude aprender cómo se maneja un municipio por dentro, sus problemas”, indicó ayer.

Luego intentó proclamar su alejamiento del Ejecutivo como una respuesta del intendente, Alberto Descalzo, a sus deseos de ser candidata a este año. Como si le pudiera hacer sombra.  «Siempre pedí la posibilidad de tener unas PASO, una interna para luego poder ir todos juntos, pero pasó lo que pasó”, dijo sobre el pedido de «renuncia» que publicitó.

Los palos llegaron en un contexto donde no se sabe si Rey tiene el objetivo de dispersar el voto opositor o contener a los desencantados de la gestión Descalzo, cuyo desgaste es irrefrenable y lo aferra como nunca antes a los artilugios electorales. Mientras algunos medios afines la ubican cerca del «lavagnismo», la concejal se maneja dentro de la CGERA, una cámara de empresarios ultra kirchneristas, con los que llegó hasta el Congreso en la marcha del 04 de abril.

Terminado el discurso político, llegó el tiempo de la votación más importante del año en el recinto, la cual quedó envuelta en un aire de acuerdos solapados. La Rendición de Cuentas se votó a mano alzada, cuando en estos caso lo mejor es hacerlo en forma «nominal», para que cada quién al menos exponga claramente su voto. Según testigos de la oposición, Sandra Rey no habló ni se sabe qué voto (podría haberle dicho en su comunicado posterior) sobre ese expediente.

En rigor, la concejal tendría que haberse excusado de participar de una votación que examina los números de su propia gestión. Legalmente no puede votar su propia Rendición. Sin embargo, no se abstuvo y participó de una votación general que quedó en medio de una nebulosa. Cambiemos ni siquiera pidió la votación a voz alzada porque de todas maneras no tenía las manos para que se apruebe el pedido. Tres de sus escaños estaban en otro lugar, por lo que sólo votaron en contra del proyecto otros cuatro concejales de ese signo. El peronismo (incluido el FR) votó a favor.