«Acá la oposición actúa pensando en la próxima elección, pero nosotros lo que hacemos es actuar con firmeza y determinación con el virus, no estamos pensando en elecciones, sino en salvar vidas de los argentinos», disparó hoy el jefe de Gabinete de Nación, Santiago Cafiero. En modo de campaña, el Gobierno flexibiliza, da buenas noticias y la oposición critica más.
La pandemia se instaló en marzo del año pasado en Argentina, pero es ésta segunda ola la que verdaderamente impactó en los centros sanitarios, sin que se cayera en una nueva (y más justificada) cuarentena. El viernes, por primera vez, el gobernador Axel Kicillof se encargó de anunciar cómo seguirían las restricciones en su provincia. Será porque tenía que dar la buena noticia de que volvían las clases presenciales, anticipándose al DNU de la Presidencia, en el que siempre se escudó para hacer cumplir su propio sistema de fases. Sistema que modificó hace un mes para que cuadre con la Rosada.
Hasta mayo, para el gobierno bonaerense no podía haber clases (de ningún tipo) ni en fase 1 ni en fase 5. Ahora bajó al castigado Conurbano a la F3, donde ahora sí se permite la educación presencial, pero dejó en F2 a parte del interior. ¿Será la presión social, las encuestas o la tendencia a la baja en realidad?
La Provincia acumula más de 43.600 muertos (más del 50% del país) y promedia más de 10 mil contagios registrados por día. Es decir muy por encima de cuando había cuarentena, DISPO, ASPO y demás eufemismos de control.
Con apenas un mes de clases presenciales en lo que va del año (muchas escuelas públicas ni siquiera) el gobierno provincial ratificó su acatamiento a la prórroga del decreto nacional que establece restricciones al menos hasta el 25 de junio y anunció que todo Gran Buenos Aires (mal llamado AMBA) pasará a fase 3 en virtud de una supuesta mejora en la situación sanitaria.
El gobernador Axel Kicillof fue quien encabezó la conferencia de prensa de este viernes (no esperó al sábado o al lunes, como hizo hasta mayo cuando había que dar solo malas noticias) junto a sus ministros Carlos Bianco, Daniel Gollan y Agustina Vila, encargados de Gabinete, de Salud y de la Educación.
En primer término, se refirió a la baja “significativa” en los casos en el «AMBA».
En ese sentido, indicó que en las últimas dos semanas la incidencia se ubicó este viernes por debajo de los 500 casos cada cien mil habitantes, uno de los requerimientos para dejar de ser considerado un distrito en alarma epidemiológica.
Concretamente, expuso que la incidencia fue de 401 casos y, al anunciar el ascenso del AMBA a fase 3, a pesar de que no lo mencionó, se entiende que también esos distritos cumplen con el otro criterio: la ocupación de camas inferior a 80%.
Sin embargo, en el resto de la provincia no hubo grandes cambios, más allá de tres nuevos distritos en fase 2 y otros tres en fase 3. “Esto implica que estaríamos comenzando con un retorno a la presencialidad cuidada”, dijo Kicillof y anunció que será a partir del miércoles y para todos los niveles de educación.
Para darle un poco más de coherencia, habló de la inversión de la Provincia en la adquisición de medidores de dióxido de carbono para instalar en aulas de las escuelas públicas bonaerenses. Con ello, buscarían medir la falta de ventilación y disminuir las posibilidades de contagio dentro de las instituciones.
De la misma manera, anunció que comenzarán a realizar una “vigilancia epidemiológica activa” en las escuelas, con testeos “aleatorios”: “Vamos a ir a las escuelas a hacer testeos”, aseguró. Además, en esa línea, adelantó que por el momento no tienen previsto realizar cambios en el calendario escolar como el adelantamiento de las vacaciones de invierno, como había trascendido.
En los gremios docentes, hasta ahora mimados por los anuncios pero nunca dotados de ayuda estatal para la virtualidad, hubo reacciones distintas. El Suteba de Roberto Baradel no evidenció reparos con decisión que anunció Kicillof.
La Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), en cambio, hizo algunas advertencias. Mirta Petrocini planteó “preocupaciones y objeciones” en un hilo de Twitter, donde señaló que “no podemos volver a la presencialidad sin garantías sanitarias para los trabajadores de la educación. Por eso exigimos la pronta vacunación de las y los docentes como trabajadores prioritarios”.
Por su parte, el colectivo Padres Organizados, que realizaron protestas, abrazos simbólicos y vigilias, avisaron que no dejarán de presionar para que las escuelas se abran sin peros. Este lunes harán una nueva protesta presencial.
El anuncio oficial le quitó una bandera de campaña a Juntos por el Cambio. El intendente de Vicente López, Jorge Macri, explicó que «desde hace meses venimos marcando la necesidad de las clases presenciales. Es bueno que finalmente Kicillof haya escuchado el reclamo de las familias y los especialistas».