Un medio en Morón Portal de Noticias de la Zona Oeste, Gran Buenos Aires
El fiscal de juicio pidió una condena de 50 años de cárcel para Alejandro Leguizamón, el empresario acusado de abusar en forma reiterada de sus hijas, en el marco del juicio oral que realiza el Tribunal Criminal Nº 1 de Morón.
El hombre fue acusado por sus hijas Cecilia, Romina y Evangelina, por delitos cometidos cuando convivían en su casa de Castelar. El acusado estuvo prófugo por años y ahora la querella tiene el respaldo del colectivo feminista.
El abogado de las denunciantes, Yamil Castro Bianchi, pidió también la máxima pena establecida por el Código Penal.
Ante los jueces Mariana Maldonado, Claudio Chaminade y Juan Carlos Oboldi, el imputado negó las acusaciones y apuntó contra su exesposa por el delito que se le imputa y por el cual fue detenido. Alegó que la situación que está atravesando responde a un plan orquestado por la mujer, en complicidad con sus hijas, las víctimas, para perjudicarlo y quedarse con la fábrica de membranas de la cual es propietario en la zona de General Pacheco.
Leguizamón fue detenido hace un año en una casa que alquilaba con una identidad falsa en La Matanza.
“A veces se me iba la mano”, fue la única autocrítica que esbozó Leguizamón en el debate, según publicó el portal Primer Plano, que sigue el caso. Pese a su intento por despegarse de las denuncias que lo llevaron a la Justicia, no fueron pocos los testimonios que a su turno contradijeron sus dichos.
La investigación se inició en 201, cuando una de las víctimas recibió una carta escrita de puño y letra por su padre que decía: “Lo mío con vos no es abuso, es incesto. Yo estoy enamorado de vos y juntos tenemos que hablar con tu mamá para que haga una terapia y lo acepte”.
La joven ya tenía 26 años pero nunca lo había denunciado por miedo. Ahí se quebró en medio de una reunión familiar y por fin contó el sufrimiento que había callado durante tanto tiempo. Así se enteró también de que no había sido ella la única víctima. Leguizamón había empezado a abusar sexualmente de sus hermanas mayores desde que estas iban al jardín de infantes.
El empresario acusado fue imputado de abuso sexual, abuso sexual gravemente ultrajante reiterados, abuso sexual con acceso carnal reiterados, todos ellos agravados por tratarse de su ascendiente y por vivir bajo el mismo techo. Además, fue denunciado por ejercer violencia física y psicológica contra sus hijas. Enfrenta una pena superior a los 20 años de cárcel.
