Bronca y dolor en la despedida del kiosquero asesinado: «No creo que el Presidente nos pueda mirar a la cara»

Familiares y amigos despidieron esta mañana los restos mortales de Roberto Sabo, el kiosquero que murió asesinado a balazos el domingo último durante un asalto en su comercio de Ramos Mejía.

Minutos antes de las 9, el cortejo fúnebre partió desde la casa velatoria Pache, ubicada en la avenida Eva Perón al 1100, hacia el cementerio municipal de Morón, ubicado a pocos metros del lugar.

“Mi hijo era como yo, arreglaba todo en la casa, ahora me quedé solo para estas cosas”, dijo Pedro, quien se encontraba muy conmocionado y llorando.

La despedida de los restos del kiosquero comenzó ayer pasadas las 17, cuando la familia llegó a la casa velatoria luego de que le entregaran el cuerpo, tras la autopsia que indicó que la víctima recibió cuatro disparos efectuados con un arma calibre .22 en la zona del tórax.

En tanto, esta mañana, la esposa de Sabo, Patricia Giglio, dijo que espera que al asesino «le den prisión perpetua». La mujer recordó que el último robo que sufrieron fue hace ocho años, cuando delincuentes los encerraron a sus suegros en un baño del kiosco y se llevaron la plata.

La tragedia que culminó con la vida de Roberto sucedió el pasado domingo cerca de las 14 horas en su kiosco llamado “Drugstore Pato”, ubicado en Av. De Mayo al 800, en pleno centro de Ramos Mejía.

Allí la víctima fue abordada por una pareja de delincuentes de 29 y 15 años, quienes le dispararon en seis oportunidades al intentar robarle. Segundos después, los asesinos sustrajeron un vehículo a un remisero y escaparon del lugar, aunque posteriormente fueron atrapados por la Policía.

Sabo recibió cuatro balazos en el tórax disparados con un revólver del mismo calibre al que le secuestraron a uno de los detenidos por el caso, mientras que los restos de la víctima eran velados desde en una cochería del partido de Morón.

En una entrevista previa al inicio del velatorio, Nicolás (25), uno de los hijos del comerciante, reclamó que Leandro Daniel Suárez, el hombre detenido por el crimen de su padre, «se pudra en la cárcel y sea condenado a prisión perpetua», y aseguró que la adolescente que también fue acusada como cómplice y quedó internada en un instituto de menores, «sabía muy bien lo que estaba pasando».

Ayer fue más allá y castigó también al Gobierno. «Al Presidente le diría que lo elige la gente y lo eligen porque todos quieren vivir mejor. Ellos tienen que estar en la calle con nosotros, no escondiéndose de nosotros. Me gustaría que venga Alberto y trate de mirarme a la cara, creo que no podría», aseguró.

La investigación

Suárez (29) fue indagado el lunes por el fiscal Federico Medone, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Temática de Homicidios, ante quién lloró y pidió que no le pidan prisión perpetua, y luego se negó a declarar.

En la audiencia, el fiscal le imputó del «homicidio criminis causa agravado por el uso de arma de fuego» en perjuicio de Sabo y también por «robo calificado -dos hechos-, hurto de vehículo, portación ilegal de arma de fuego de uso civil, portación ilegal de arma de guerra», todo ello agravado por la «participación de un menor de edad».

Esos hechos son por el robo de un auto cometido antes del crimen de Sabo y el de una moto, concretado luego, todo junto a una menor de 15 años que, por su edad, es inimputable y quedó alojada en el Instituto Centro de Admisión y Derivación de Jóvenes de San Martín.

Sabo fue asesinado el domingo por la tarde durante un asalto en su comercio situado en Avenida de Mayo y Alvarado, en la zona comercial de Ramos Mejía, partido de La Matanza, en el sudoeste del conurbano.

Un testigo alertó a la Policía cuando el asesino salió del local y se fugó con su cómplice en un Ford Focus negro que le robaron a un remisero que los había llevado hasta el lugar.

En medio de la huida, los dos delincuentes chocaron contra un árbol, tras lo cual ingresaron a un supermercado con la intención de simular unas compras y cambiarse la vestimenta para no ser reconocidos.

Luego, ambos huyeron en una moto robada a un repartidor, aunque fueron detenidos por efectivos de la comisaría 2da. de Ramos Mejía en Avenida de Mayo y Rivadavia.

Tras la captura, los pesquisas determinaron que Suárez había estado preso casi seis años por hurto y robo y que había recuperado la libertad tras cumplir la condena en agosto de 2020.

A raíz del hecho, vecinos de La Matanza realizaron el lunes por la noche una multitudinaria manifestación para reclamar justicia y seguridad en el lugar donde mataron al comerciante, durante la cual se vivieron momentos de tensión con la policía, que arrojó gases lacrimógenos y gas pimienta.