Es un hecho gravísimo para la salud pública. Sin precedentes», aseguró hoy Marcelo Lapargo, fiscal general de San Martín, al ser consultado por los fallecimientos de al menos 17 personas que consumieron lo que parecía ser cocaína.
«Es un hecho excepcional, no tenemos ningún antecedente. Nos hace pensar que la sustancia se incluyó deliberadamente, no es un error del proceso», comentó sobre los detalles del episodio.
«Tenemos el testimonio de alguien que estaba consumiendo en grupo. Dijo que consumió una cantidad muy pequeña y que se sintió muy mal, por eso no consumió más. Pero los que estaban con él sí siguieron y fallecieron tres de ellos», expresó Lapargo, en diálogo con TN.
A esta hora, los investigadores estudian como principal hipótesis una guerra narco, en la que una banda habría adulterado intencionalmente las sustancias que vende otro grupo.
«Puede ser que sea un ajuste de cuentas entre narcotraficantes, pero ahora es algo conjetural. Es algo excepcional, no es algo que sucede habitualmente como para decir que ‘esto es lo que pasa en un ajuste de cuentas entre narcos'», dijo el fiscal general de San Martín.
Y deseó «no ver jamás que esto se convierta en un hecho habitual de ajuste de cuentas».
También se refirió a la localización de los puntos de venta. Según los primeros rastreos, todos estarían localizados en Tres de Febrero.
«Vamos a tener que esperar y ver cómo aparece el producto en la contaminación o mezcla venenosa, y ver dónde va a apareciendo. Si es algo que se circunscribe a este punto de venta, como parece ser ahora. O si se disemina en otros lugares. Nos vamos a ir enterando por la investigación pero también por la gente que vaya cayendo», lamentó.
En sintonía con el pedido de Sergio Berni, Lapargo solicitó que aquellas personas que hayan comprado droga en las últimas horas la entreguen a la Justicia o que, en su defecto, la descarten.
«Hoy debe haber mucha gente que tenga en su bolsillo alguna bolsita y quizás pensaba consumirla esta noche, mañana, cuando fuere», apuntó el fiscal. Y remarcó: «La angustia hoy es comunicar que la gente que puede tener este veneno no lo consuma. Que pare esta oleada».
Como el ministro de Seguridad bonaerense, el fiscal también extendió el alerta para la droga comprada en las últimas 24 horas. «Las novedades (por las muertes e intoxicaciones) son de esta madrugada. Son productos vendidos ayer después del partido de la Selección, digamos».
Por último, se dirigió de manera directa a los compradores que aún tengan el producto en sus manos.
«Háganselo saber a las autoridades. Pero aun más importante es preservar la vida de los ciudadanos. Si puede ponerlo en conocimiento de las autoridades, hágalo. Si no, no lo consuma, porque está en juego el valor vida», concluyó.
Las alarmas se encendieron en la madrugada, con las primeras intoxicaciones y fallecimientos de personas que consumieron drogas contaminadas en los partidos bonaerenses de Hurlingham, Tres de Febrero, San Martín e Ituzaingó.
A media tarde de este miércoles ya eran 10 los muertos. Cerca de las 18.30 se confirmó que la cifra ascendió a 16, según señalaron desde el Ministerio de Seguridad.
Agentes de la Policía Bonaerense allanaban el asentamiento «Puerta 8», en Loma Hermosa (Tres de Febrero), donde los consumidores habrían comprado la droga.
Detuvieron a una decena de sospechosos y se incautaron dosis que serían similares a las evidencias aportadas por familiares de las víctimas. También secuestraron dinero, teléfonos y una pistola de aire comprimido.
En el lugar, la Policía describió las características de los paquetes que contienen la droga adulterada. Se trata de envoltorios de color rosa, «con una costura como cosida a máquina», según palabras de Berni.
En este contexto, también se produjeron incidentes en el Hospital San Bernardino de Hurlingham, donde un grupo de jóvenes descargó su furia con un patrullero.
Según trascendió, al enterarse de la muerte de una de las personas que había ingresado en grave estado tras consumir la cocaína adulterada, algunos de sus familiares atacaron el vehículo: patearon, le arrojaron piedras, cemento y saltaron encima del techo.
Finalmente, otras personas allí presentes los alejaron de la escena, en medio de un marco de gritos y llantos desconsolados.