22 de febrero: A 10 años de la Tragedia de Once, casi todos los condenados gozan de prisión condicional o domiciliaria

Víctimas y familiares realizarán este martes 22 de febrero un acto homenaje en la estación de Once, a 10 años de la tragedia ferroviaria más dolorosa del país: fallecieron 52 personas y 789 resultaron heridas. El accidente marcó un antes y un después. Hubo dos juicios y varios cambios en el modelo de gestión en el Ramal.

«Pesan los 10 años, hoy mi hijo tendría 42 años y no tener su compañía, sobrellevarlo es pesado», dice Juan Frumento, el padre de Leonel, un hombre de 32 años que aquella mañana había tomado el tren para ir a trabajar.

A su hijo y a todas las personas que perdieron la vida, aseguró, las siente «como mártires», cuyo sacrificio «tendría que tener algún significado, el que yo le encuentro es que el transporte sea digno».

El siniestro «indubitablemente fue un quiebre, una bisagra en el transporte», consideró por su parte Paolo Menghini, el padre de Lucas, el joven de 19 años que fue hallado 60 horas después del choque.

«Como resultado de las muertes existió una manera distinta de mirar la calidad de los servicios, de eso estoy absolutamente convencido», señaló a Télam. Y aseguró que «la tragedia de Once está en el inconsciente colectivo del país».

Que los pasajeros cuiden y valoren las unidades es un «gran homenaje a quienes se fueron y a nuestra lucha», consideró Menghini y, acerca de las muestras de afecto que constantemente reciben de la sociedad.

«Que a 10 años eso siga sucediendo significa que no sólo no se olvidaron las vidas perdidas sino que se valora todo lo que hicimos para que no vuelva a suceder», agregó.

A una década, casi todos los funcionarios y empresarios condenados están con prisión morigerada. Y sólo el exsecretario de Transporte Ricardo Jaime sigue en cárcel, pero por otra causa.

Cronología judicial

El 22 de febrero de 2012 a las 8.33 de la mañana, el tren Chapa 16 chocó contra los paragolpes de contención de la plataforma 2 de la estación de Once. La falta de mantenimiento de las formaciones, advertidas por un gremio que denunciaba pero nunca hizo paros y por miles de usuarios que generaron violentos reclamos en años anteriores (incendios en las estaciones de Haedo, Castelar, Merlo, Ramos Mejía y Ciudadela) como del sistema de seguridad condenaron a un ministro, a dos secretarios de Estado y al máximo responsable de la operadora del ramal (TBA) por los delitos de defraudación y/o por estrago culposo.

Hubo dos juicios, en 2015 y 2018. El primero contra los directivos de la empresa concesionaria Trenes de Buenos Aires, los exsecretarios de Transporte en el kirchnerismo, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi; y el maquinista Marcos Córdoba, entre 21 condenas que quedaron firmes en la Corte Suprema (salvo la de Jaime).

El exfuncionario había sido condenado a 7 años de cárcel por el Tribunal Oral Federal Nº 2 pero al revisar la sentencia la Cámara Federal de Casación le subió la pena a 8 años, por lo cual la Corte ordenó que otros jueces del máximo tribunal penal revisen esa decisión en garantía del llamado derecho al «doble conforme».

Jaime recuperó la libertad pero exclusivamente en esta causa, ya que en la actualidad está detenido y sometido a juicio en el marco de una pesquisa por supuesto enriquecimiento ilícito y otros hechos de corrupción.

Los condenados en el juicio oral iniciado en 2015 se presentaron para quedar presos el 5 octubre de 2018 en los Tribunales Federales de Retiro, una vez que Casación revisó sus condenas, las redujo y rechazó luego un recurso extraordinario ante la Corte.

Salvo en el caso de Jaime, el máximo tribunal del país dejó firme las penas el 24 de septiembre de 2020, al rechazar varios recursos de queja.

El 31 de diciembre pasado quedó en libertad condicional el expresidente de TBA al momento del choque, Carlo Michelle Ferrari, quien había sido condenado a 5 años de prisión por «administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública» y «estrago culposo agravado» en relación al hecho que derivó en la muerte de 52 personas y causó heridas a 789 en la mañana del 22 de febrero de 2012.

Al igual que otros condenados, el exdirectivo de TBA tenía ya concedido el beneficio de la prisión domiciliaria para cumplir penas que vencen entre 2023 y 2024.

Otros beneficiados con la libertad condicional entre diciembre de 2021 y enero último fueron los ex directivos de TBA Jorge De los Reyes, Sergio Daniel Tempone y Carlos Pont Verges.

A todos se les retiró la tobillera electrónica con la que cumplían el arresto domiciliario.

En otro de los casos, Jorge Álvarez, también directivo de la concesionaria al momento de la tragedia, quien había sido condenado a seis años de prisión, recibió la libertad condicional el 9 de diciembre último y salió de la cárcel de Ezeiza, donde cumplía la condena que vencerá el 4 de octubre de 2024.

Schiavi, por su parte, salió en libertad condicional el 15 de noviembre pasado, al cumplir dos tercios de su condena a cinco años y seis meses de prisión. Su pena vencerá el 4 de abril de 2024.

Por su parte, el maquinista Córdoba, con una pena de tres años y tres meses de cárcel, obtuvo la condicional en septiembre de 2020 y salió de la cárcel de Marcos Paz. En su defensa, había jurado que los frenos del tren fallaron. Hubo varias y contradictorias pericias. Su principal testigo, el maquinista que le pasó la formación en Flores, murió asesinado antes del juicio.

Vanesa Toledo y Stella Maris Giménez, familiares de víctimas de la tragedia de Once

En cuanto al máximo responsable de la empresa TBA, Claudio Cirigliano, está con condena firme a 7 años de cárcel y tiene arresto domiciliario desde abril de 2021 por cuestiones de salud.

Cirigliano dejó en ese mes la cárcel de Ezeiza y quedó alojado en su casa de la Ciudad de Buenos Aires con tobillera electrónica, con su esposa como garante.

En los restantes casos, los condenados ya habían accedido a la libertad condicional en 2020 por haber sido sentenciados a tres años de prisión o porque gozan de prisión domiciliaria con motivo de problemas de salud.

En octubre de 2018, en un segundo juicio por la tragedia, el entonces ministro de Planificación Federal Julio De Vido fue condenado a 5 años y 8 meses de prisión.

Este juicio lo realizó el Tribunal Oral Federal Nº 4, que lo condenó por «administración fraudulenta» en un veredicto que está confirmado en la Cámara Federal de Casación pero con un recurso de queja a estudio de la Corte Suprema.