Con tibio apoyo sindical, Municipales de Hurlingham toman medidas de fuerza por salarios atrasados o mal liquidados

Municipales del área de Servicios Públicos de Hurlingham comenzaron ayer a abandonar puestos de trabajo debido a una serie de incumplimientos salariales por parte del gobierno municipal, que van desde males liquidaciones, hasta retrasos en el cobro de los haberes de marzo, bonificaciones y horas extra.

«Hubo algunos inconvenientes en la liquidación pero lo que están haciendo es política», dejaron trascender desde el Sindicato Municipal que conduce el también concejal del Frente de Todos, Nito Bertinat.

Las imágenes que ayer se filtraron desde el zabaletismo mostraron a empleados de paro, con las pecheras de ATE o CTA, que lidera Tony Borja en la regional Hurlingham e Ituzaingó. El gremio tampoco salió a hacer olas. Apenas si aparecen en redes sociales algunas demandas previas a este paro.

La Asociación de Trabajadores del Estado de Hurlingham recordaba hace una semana «que el salario mínimo, vital y móvil en Marzo del 2022, es de $38.000 y un trabajador de la categoría mas baja, de la Municipalidad de Hurlingham, gana menos de $20.000, siendo el sueldo mas bajo del conurbano bonaerense».

«Por lo tanto, necesitamos que este municipio, en Paritarias 2022, garantice un aumento que supere a la inflación, para que los trabajadores no continúen por debajo de la linea de la indigencia». A su vez, reclamaba por una bonificación del 15% que se le ofreció desde el Ejecutivo a los trabajadores que asistieran a una «jornada de capacitación» desarrollada el pasado 14 de marzo en el microestadio del municipio.

El reclamo de ayer afectó, por ejemplo, barrido y recolección que se realiza con el personal municipal y que hoy realizó la empresa de residuos. ATE también se había solidarizado con empleados del hospital que cobran como monotributistas y tenían atrasados los pagos.

El intendente, Damián Selci, ya había sido apuntado allí por las «Damas de Rosa» del Servicio de Voluntarias del Hospital «San Bernardino de Siena» porque luego de 57 años de labor, y cuando en diciembre quisieron volver a sus tareas, se les indicó que sus lugares habían sido ocupados por el personal.