El fiscal a cargo de la investigación en la causa donde un rugbier de 19 años fue baleado por la policía, tras una persecución que finalizó en la puerta de un barrio cerrado del partido bonaerense de Moreno, investiga si hubo «violencia institucional» de la policía contra el joven, a la vez que se espera el resultado balístico para determinar de qué arma salieron los disparos, informaron fuentes judiciales.
Los voceros allegados al caso contaron a Télam que el joven se recupera en una clínica de Morón de las heridas recibidas y se espera que, una vez eso ocurra, pueda dar su versión sobre lo sucedido el día que fue baleado por un móvil policial, que lo perseguía en situación confusa hasta el momento.
Se esperan los últimos resultados de las pericias balísticas en el plomo rescatado en el brazo de la víctima y se sigue cotejando las cámaras de seguridad de la zona para poder tomar una definición sobre la responsabilidad de los policías implicados para ver su hubo violencia institucional, agregaron las fuentes.
El fiscal Federico Soñora, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 4 descentralizada de Moreno, espera que el joven salga del estado de shock. Sobre los policías, se supo que siguen suspendidos en sus cargos pero en libertad, y se espera para la semana próxima sus declaraciones ante el fiscal.
Por su parte, la Auditoría General de Asuntos Internos de la Policía de la provincia de Buenos Aires, realiza una investigación propia sobre lo sucedido, mientras mantiene separados de sus funciones a los dos policías involucrados, que penalmente están acusados de «lesiones agravadas».
El hecho se produjo minutos antes de la 1 del domingo del domingo 29 de mayo, sobre la ruta provincial 7, frente al barrio cerrado «Álvarez del Bosque», en la localidad de Francisco Álvarez, partido de Moreno, donde el joven rugbier reside junto a su familia.
En las imágenes de las cámaras de seguridad -instaladas por los propios vecinos- se observa una primera secuencia registrada a las 0.58 en la que una camioneta Toyota Hilux negra con los vidrios polarizados frena frente al portón de ingreso al barrio y un patrullero sin la sirena encendida lo choca del lado del acompañante.
Ante esta situación, la camioneta da marcha atrás y abandona el lugar por la ruta, mientras que el patrullero queda detenido allí.
En una segunda secuencia inmediatamente posterior se ve que, a unos 50 metros de distancia, siempre sobre la ruta, la camioneta se detiene sobre la banquina y es rodeada por cuatro móviles policiales, uno de los cuales también la choca del lado de conductor, a la altura de la trompa, al tiempo que un efectivo llega corriendo y esgrimiendo su arma.
En ese momento varios policías hicieron descender al conductor de la camioneta y lo redujeron en el piso.
Alertados de lo ocurrido por el personal de seguridad del barrio privado, los padres del rugbier salieron de su domicilio y se encontraron con los policías y su hijo esposado y ensangrentado en el suelo, tras lo cual, el chico fue trasladado a un hospital de la zona, donde se constató que presentaba un balazo en cada pierna y un tercero en el brazo derecho.
Por otro lado, el joven baleado fue acusado de «resistencia a la autoridad», por lo que se inició una causa por ese delito ante el fiscal Emiliano Buscaglia, de la UFI 5 de Moreno.