Un medio en Morón Portal de Noticias de la Zona Oeste, Gran Buenos Aires
Elizabeth Julia Di Legge (47), la enfermera del Hospital Churruca que había desaparecido el último viernes, fue hallada muerta este lunes cerca del mediodía dentro un galpón en su casa de González Catán, tras un operativo realizado con la brigada de perros rastreadores de la Policía Bonaerense. Su marido fue demorado.
Di Legge, quien tenía una discapacidad auditiva, salió a trabajar el viernes por la mañana y no llegó nunca al lugar de trabajo. Su esposo Silvio Eduardo Espíndola (44), quien también trabaja en el Churruca, fue quien denunció su desaparición.
Tras conocerse la noticia de su muerte, una amiga de la enfermera que habló con TN apuntó contra su pareja. «Fue él, la trataba como a una basura», afirmó.
Otra vecina que también dio su testimonio contó que en el último tiempo la veía muy mal de ánimo. «Venían con crisis y la veía mal. Se la veía cabizbaja», relató.
Más temprano, el hombre había dado una entrevista a TN en el mismo domicilio donde fue hallado el cuerpo de Di Legge.
«Salió entre las 8 de la mañana y las 12 del mediodía. La noche anterior tuvimos una discusión, pero no hubo gritos, ni nada», contó.
«Fue un intercambio de cosas de lo cotidiano. Todo me indica que ella salió de casa normalmente. Trabajamos en el mismo lugar, somos los dos enfermeros, yo me levanté para ir a trabajar 5, 5 .20 de la mañana para ir a trabajar», afirmó.
«Yo me entero mucho más tarde (de la desaparición) porque nada me hacía suponer que iba a pasar algo así», agregó.
La mujer fue encontrada dentro de un galpón de la vivienda, ubicada en Larre 10 esquina Conde, en la que vivía junto a sus tres hijos -de 20, 16 y 11 años- y su pareja. Para ingresar, los policías debieron forzar una puerta.
Espíndola fue trasladado a la comisaría 1 era de González Catán a las 15 horas desde su hogar, de donde salió esposado, rodeado de agentes policiales y con la cabeza tapada por una campera mientras los vecinos de la zona le gritaban.
Hasta el momento, continúan evaluando el cambio de carátula y la causa quedó en manos del fiscal Federico Medone, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Homicidios del Departamento Judicial de La Matanza.
