15/03/2025

Ituzaingó: Descalzó prometió cerrar más calles, pero no habló del caso Ezequiel Altamira

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Anoche, en el gimnasio del Colegio JM Belgrano (Lavalle y Ratti), el intendente de Ituzaingó, Pablo Descalzo, pronunció el discurso que abrió el 30° periodo de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante. A lo largo de casi dos horas, cuestionó al Gobierno de Javier Milei, y se montó sobre el Plan Director de Seguridad: prometió avanzar con una «segunda etapa» de cierre de calles, tanto sobre la Colectora del Acceso Oeste como en Ituzaingó Sur.

Un extenso discurso le permitió ensayar una actuación política magistral. Tras criticar la «represión» a la marcha de los jubilados (que no ganan mucho menos que un empleado municipal), el heredero del Municipio acusó al jefe de Estado de «destruir al Estado desde adentro». «Por momentos me pregunto qué hubiera sido si el peronismo se hubiera atrevido a hacer el 1% de lo que está haciendo éste panelista que pusieron en la Rosada», dijo ante la mirada de su padre Alberto Daniel, quien gobernó el municipio durante 28 años y fue candidato de los ex presidentes Carlos Menem (quien encarnó el plan de privatizaciones más profundo de la historia), Eduardo Duhalde (se fue con un 58% de pobres) Néstor (el del pacto de «equilibro fiscal) y Cristina Kirchner; y de Alberto Fernández.

«No sólo le robaron fondos a las provincias, sino que no bajaron un solo impuesto», acusó Pablo Catriel durante su segunda apertura, tras la licencia que se tomó por matrimonio, en octubre, y por vacaciones, en enero. En ambos casos viajó al exterior y fue reemplazado por su padre, quien sólo juró como concejal el año pasado para volver a su sillón.

Buena parte del discurso del primogénito del jefe del PJ local repasó aspectos relacionados con la seguridad, pero no mencionó, ni hizo alusión siquiera, al caso más resonante ocurrido bajo su gestión: El asesinato de un joven de 16 años a la salida CoolSite. Ocurrió en la madrugada del 26 de octubre, cuando Ezequiel Altamira fue sorprendido por una patota residente de Villa Udaondo y fue golpeado con una manopla de hierro, a sólo una cuadra del boliche. Desde entonces, la familia protagonizó varias marchas de seguridad y denunció tanto al municipio como a la empresa, por la falta de presencia policial y municipal en una zona sensible, donde los delincuentes actuaron sin pudor.

A pesar de que surgieron versiones sobre una inminente reapertura del boliche (porque tiene contratadas sus instalaciones para grupos de egresados, a quien les volvió a exigir ponerse al día), el intendente tiró la pelota afuera. Tampoco se refirió a los policías desafectados, que servían en el distrito, hace semanas por reclamar un aumento.

En cambio, parafraseando a su padre (quien fue breve ministro de Seguridad del entonces gobernador Carlos Ruckauf en 2001), disertó: «No creo ni en la mano dura ni en la mano blanda. Creo en la mano justa. Por eso atacamos las causas, tramitando la prevención del delito». Y pidió que el Gobierno «le devuelva a la Provincia el fondo de seguridad que le quitó» y que en realidad eran fondos la Policía de la Ciudad que Alberto Fernández redirecciono para apagar otra revuelta policial como la que viene enfrentando (y reprimiendo) Axel Kicillof éste año.

Descalzo prometió insistir con el plan Director, que durante más de una década su padre no pudo llevar a cabo y ahora su hijo cumplió: Cerrar Parque Leloir. «En pocos días vamos a comenzar con la segunda etapa, en Colectora Sur. Ahora vamos a incluir a los barrios El Pilar, Villa Ariza y Alberdi. También vamos a seguir por a zona sur», indicó.

Casi todas las calles cerradas en Villa Udaondo son de tierras y, en algunos casos, pasaron a ser utilizadas por empresarios y comerciantes como estacionamiento: «Esto fue aprobado por unanimidad del HCD», mintió el intendente, ya que la ordenanza (que estipulaba un órgano de debate que nunca funcionó) que delegó al Ejecutivo la facultad de establecer el orden vehicular fue votado por el PJ y sólo un sector del PRO (UCR y Nuevo Encuentro en contra).

Para reparar el daño ecológico que los grandes proyectos inmobiliarios (aprobados mediante vías de excepción) sacudieron a Leloir, Descalzo anunció un plan de forestación de más de 24.000 árboles a lo largo y ancho de todo el distrito.

Además, prometió una nueva intervención en la Plaza 20 de Febrero, que incluirá «un estacionamiento subterráneo, con 400 cocheras». También volvió a hacer campaña con el Centro Interuniversitario. Una obra que el gobierno de Alberto F anunció, pero ni siquiera licitó. Y volvió a esquivar un tema insoslayable: El barrio privado que allí se fondea, en la esquina de Ratti y Thorne, sobre un antiguo plan de viviendas que cambió dramáticamente gracias a la gestión de Osvaldo Marasco como secretario de Planificación Estratégica. Ahora, él y su hermano, ya fuera del Municipio, encabezan el plan inversor. Para eso se tiraron las torres que había levantado el sindicato telefónico en los ’80.