¿Reabre El Palomar? Vuelve la política de «cielos abiertos» y dos aerolíneas obtendrían beneficios
El Gobierno nacional reformó el funcionamiento del sector aerocomercial al reglamentar las medidas incluidas en el DNU 70 de diciembre de 2023 para impulsar una mayor conectividad en el país, especialmente en ciudades intermedias, y en respuesta gremios aeronáuticos lanzaron un paro para este viernes.
Lo hizo a través de la publicación en el Boletín Oficial del decreto 599/2024 donde establece las reglas para las distintas operaciones que involucran.
En paralelo al conocimiento de este decreto los pilotos nucleados en APLA –Asociación Pilotos de Líneas Aéreas- anunciaron que iniciarán una medida de fuerza el próximo viernes 12 de julio en reclamo de un aumento salarial.
A partir de ahora se habilita el ingreso al mercado a nuevos operadores, define el modo en el que se asignan las posiciones y horarios de vuelo a las aerolíneas y optimiza los servicios en los aeropuertos.
Según detalló la Secretaría de Transporte en un comunicado, las reformas también permiten digitalizar trámites, desregular los servicios de rampa en los aeropuertos y agilizar los procesos para el otorgamiento de rutas.
También habilita a quienes tengan pequeñas aeronaves a ejercer una industria lícita sin la burocracia actual que les exige los mismos requisitos de una gran línea aérea. «Esto permitirá que ciudades intermedias del interior del país, que hoy no tienen vuelos directos, accedan a una mayor conectividad», aseguró la Secretaría.
Por su parte, la reforma del código aeronáutico reglamenta los acuerdos entre empresas en los que deciden cooperar para conectar sus operaciones, compartir horarios de vuelo, rutas, recursos, conexión de vuelos, entre otros puntos.
La Secretaría de Transporte indicó que «se liberan trabas innecesarias, se impulsa la conectividad regional y global del país y las provincias y se consolidan los principios de libre acceso a los mercados, la lealtad comercial, la desregulación tarifaria, el resguardo de la seguridad operacional, entre otros.
«El objetivo final del paquete de reformas es que el país tenga mayor conectividad, más frecuencias y nuevas empresas aéreas. Esto generará un mayor flujo de turismo en las provincias argentinas, con tarifas más competitivas para que más personas puedan volar», sostuvo la dependencia. Siempre de acuerdo a la versión oficial «al mismo tiempo se promueven las inversiones necesarias para el sector y para fortalecer la seguridad operacional».
Transporte señaló que «las normas que rigen el sector aéreo argentino no se renuevan desde hace más de 70 años» y que «para transformar el transporte, el trabajo aéreo y la aviación civil es necesario actualizarlas». En consecuencia, adelantó que «están previstos más decretos para la reforma del Código Aeronáutico, la derogación de leyes que provocan monopolios, la implementación de política de cielos abiertos y cambios de funciones de los organismos públicos».
Todas estas medidas fueron impulsadas por el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado que ahora conduce Federico Sturzenegger, en articulación con la Secretaría de Transporte.
De acuerdo al parte oficial para diseñar este conjunto se medidas «trabajaron en conjunto con empresas del sector, universidades, equipos técnicos públicos y privados, incluyendo a más de 80 actores de la industria». Por otra parte, indicó que «el Gobierno nacional viene desarrollando una política de liberalización de vuelos mediante acuerdos bilaterales que promueven la apertura de cielos con Ecuador, Brasil, Perú, Chile y Uruguay; también con Panamá y Canadá, a los que se sumarán más países en los próximos meses».
¿Vuelve el AEP?
En este contexto, existe la posibilidad de que se amplíen las terminales operativas en torno a Capital Federal vuelve a colocar sobre la mesa la discusión sobre el destino que tuvo El Palomar y la posibilidad de reactivar ese espacio, reservado para la Fuerza Aérea, como aeropuerto civil. Su eventual retorno incluso fue promocionado en la última campaña electoral por la actual ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Hasta el momento, Sturzenegger adelantó que propone cambios para abrir aún más el mercado de cabotaje como, por ejemplo, la eliminación de las audiencias públicas para la apertura de nuevas rutas, la flexibilización de los registros para la incursión de firmas extranjeras en los servicios dentro del país y, también, cambios en lo que respecta a servicios aeronáuticos como la prestación de rampas.
En los decretos que prepara, el funcionario también promoverá modificaciones respecto de la atención de los pasajeros y en las infracciones aeronáuticas sobre los planes de vuelo y el accionar de los pilotos. Y fijará cambios para los regímenes de capacidad y frecuencias para servicios aéreos, además de nuevas pautas en cuanto a la remoción de aeronaves, equipaje y carga, y más libertad para operar drones en el ámbito privado.
Dichas instalaciones se encuentran cerradas desde 2020 y la pandemia prolongada terminó por darle aire a la decisión del gobierno de Alberto Fernández de poner fin a un espacio que, sin titubeos, la gestión anterior asumió como un símbolo del macrismo y su política pro «low cost». La posibilidad de la reapertura formó parte del discurso de campaña de Patricia Bullrich, quien a fines de septiembre del año pasado anticipó que, de imponerse Juntos por el Cambio en las presidenciales, reactivaría la terminal.
«El aeropuerto de El Palomar favorecía a miles de familias que podían volar por primera vez. Le abría la puerta a tantos jóvenes que podían volar a bajos costos», declaró Bullrich en ese momento.
«Este aeropuerto está abandonado por la desidia del kirchnerismo. Este abandono no tiene razón de ser. La zona se había levantado, la gente llegaba aquí y podía volar por primera vez», agregó.
Los pedidos para la vuelta del aeropuerto de El Palomar también proliferaron este año de la mano de, por ejemplo, Diego Valenzuela, el jefe comunal del partido de Tres de Febrero. En enero de este año, el funcionario sostuvo que «recuperar» la terminal «se integraría muy bien con la idea de la competencia que tiene Milei con los cielos abiertos».
«Se necesitan más aeropuertos para más conectividad, más federalismo, para más aerolíneas. En un año y pico, El Palomar se convirtió en el cuarto aeropuerto del país con casi dos millones de pasajeros. Obviamente requiere ajustes y algunas inversiones, quizás en el futuro hacer una nueva terminal, pero es algo que ojalá el gobierno de Milei tome», acotó.
La posibilidad de retorno de El Palomar, además de las inversiones y modificaciones que requiere la terminal, estaría supeditada a la llegada de más empresas extranjeras al país. Precisamente, ese aspecto es uno de los objetivos a cumplir para la labor de desregulación que activará Sturzenegger.
Ocurre que tanto JetSmart como Flybondi «migraron» sus estructuras hacia el Aeroparque porteño y Ezeiza, y no han dado muestras de buscar un retorno a El Palomar sino todo lo contrario.
«El Palomar era un aeropuerto que tenía grandes desafíos operativos. Y, por otro lado, habiendo experimentado la operación Aeroparque vemos que tiene un gran potencial de crecimiento, de eficiencia y definitivamente tiene una ubicación geográfica en la ciudad muy positiva», dijo, en agosto de 2023, Estuardo Ortiz, CEO de JetSmart.
El mismo directivo mencionó como «difícil» el hecho de «pensar que Buenos Aires necesita tres aeropuertos». Por el lado de Flybondi, tampoco han brotado señales de un interés manifiesto por retornar al aeropuerto en Morón. Sin embargo, el espacio podría albergar a las compañías que comiencen a dar cabotaje a partir de los acuerdos de «cielos abiertos» que el oficialismo ya cerró con Chile, Ecuador, Uruguay, Perú, Brasil y Canadá, y que negocia con Panamá, Paraguay y Alemania.
La política de «cielos abiertos» fijada por el Gobierno a partir de la derogación de la ley 19.030 eliminó por completo la exclusividad de las compañías argentinas para volar en el mercado doméstico. Y también otorgó a las empresas la opción de sus tripulantes sean extranjeros y eliminó la regulación para la imposición de tarifas.
Estos y otros «ítems» que prepara Sturzenegger actuarían, según el oficialismo, como un «gancho» para un mercado ampliado, con predominio de actores internacionales, y de reducción de gastos para Aerolíneas Argentinas a partir de una operatoria más acotada. De concretarse, la irrupción de un número mayor de empresas complicaría los límites operativos que, por ejemplo, evidencia el Aeroparque porteño. Y esa misma dificultad aportaría el argumento para, en el mediano plazo, acondicionar y restablecer la actividad aerocomercial en El Palomar.
Sky y Paranair operarían en El Palomar
Distintos convenios firmados con autoridades de terceros países, despertaron el interés de compañías aéreas como la paraguaya Paranair o la chilena Sky. En este último caso, sus directivos manifestaron el interés de volar por la Argentina, ofreciendo vuelos de cabotaje con aviones de matrícula y tripulación chilena.
Esto es así porque la mayoría de los memos firmados por Cancillería especifican la eliminación de trabas y de topes de frecuencias entre los países. Por ejemplo, el convenio firmado con Canadá posibilitará que Air Canadá, que venía con un tope de capacidad y frecuencias de siete vuelos semanales aumente ilimitadamente ese número.
La chilena Sky es manejada por una de las familias más acaudaladas del país trasandino. Los Paulmann, conocidos por la compañía supermercadista Jumbo Cencosud, tienen algunos de sus integrantes en la dirección de la aeronáutica Sky.
Conducida por Holger Paulmann, sobrino de Horst, el «supermercadista», e hijo de Jurgen Paulmann, fallecido en 2014, la empresa cuenta con una flota de 32 aeronaves de la europea Airbus NEO y ofrece vuelos a cerca de cincuenta destinos desde Chile y Perú. Los mendocinos y rionegrinos son los que mejor pueden atestiguar por el servicio de Sky.
Mientras que los formoseños, salteños y chaqueños podrán atestiguar, más pronto que tarde, los beneficios de volar con la compañía paraguaya Paranair.
La empresa se denominaba en sus comienzos con el nombre de Amaszonas Paraguay, cuando pertenecía al Grupo Amaszonas de Bolivia. En 2019, se la renombró tal cual se la conoce en la actualidad y sus aviones Bombardier CRJ 2000, propiedad del holding industrial japones Mitsubishi, conecta Asunción de Paraguay con Buenos Aires a través de catorce frecuencias semanales y a Córdoba con tres servicios por semana.
Fuente: IProfesional