Nueva marcha al Municipalidad de Ituzaingó por el caso Altamira: «Cerrar Coolsite no los desliga»

Pese al anuncio del intendente Pablo Descalzo sobre el cierre del histórico complejo Club Leloir, familiares de Ezequiel Altamira volvieron a marchar este martes al palacio Municipal de Ituzaingó, para reclamar seguridad y justicia.
El joven de 16 años había ido a bailar la noche del 25 de octubre de 2024 a la matinée de CoolSite con un grupo de amigos. Pero a la salida, de madrugada, fue embocado por una patota con fines de robo y golpeado con una manopla de hierro que le fracturó el cráneo y lo dejó inconsciente. Todo sucedió en una plaza ubicada a una cuadra del boliche, mientras esperaban un remis. Murió dormido horas después en casa de un amigo, sin recibir asistencia médica.
En el lugar no había presencia del Estado de ningún tipo: ni móviles de seguridad ni ambulancia, por lo que la familia presentó una segunda denuncia, contra los empresarios y el Municipio (aparte de la causa penal principal que tiene como imputados a tres adolescentes de la zona de Villa Udaondo). Por ahora no hubo ningún avance judicial.
La semana pasada, el intendente habló por primera vez del tema en un programa de TV por cable (Primer Plano de Cablevisión) y sepultó al establecimiento nocturno, sin que por ahora haya trascendido si efectivamente le retiró la habilitación. El local fue conocido en los ’90 como Maybe, y en los 2000 como Club Leloir. Tras abrir otra sucursal en Lanus, cambió varias veces de nombre. Está clausurado desde el 27 de octubre del año pasado. Pero no siempre cerrado.
Hace unas semanas, este medio descubrió que había reabierto para eventos privados. Al tiempo, la madre de un alumno de una escuela de Ramos Mejía se contactó para preguntar si el boliche seguía clausurado, ya que «nos piden que paguemos el contrato para la fiesta de egresados, que contratamos el año pasado». Según contó a Un Medio, algunos padres temían ser estafados y a otros no les parecía correcto que el boliche, investigado, vuelva a abrir.
Como sea, antes de comunicarse con este medio, la madre recorrió varias oficinas del Municipio, sin confirmación de nada. Sólo después de que la familia de Ezequiel comenzara con escraches contra la disco y contra el municipio, Descalzo rompió el silencio para amenazar con el cierre definitivo de The Club, a casi seis meses de ocurrido el crimen.
Sin ponerse colorado, el intendente llegó a decir que le había pedido a los empresarios «cuidar las inmediaciones del lugar, como el puente y la plaza», siendo que la seguridad en veredas y calles es potestad absoluta del Estado y la Policía.
«El municipio de Ituzaingó cree que con cerrar Coolsite ya se desliga de la responsabilidad. No señor, no es cuestión de cerrarlo. Es cuestión de aplicar las ordenanzas y los protocolos para que los jóvenes puedan seguir divirtiéndose en un ambiente sano y controlado», explicó un familiar de Ezequiel, mientras convocaba a la marcha de ayer.
Al mismo tiempo que recordaban al joven moronense y que pedían por justicia, el intendente estaba sentado frente a una cruz, en la misa homenaje al Papa Francisco realizado en la Catedral de Morón. Tras una primera reunión con el intendente, en marzo, el municipio designó a la abogada Barbara Pepe, directora de Relaciones con la Comunidad, como interlocutora frente a la familia de Ezequiel. Ayer no hubo avances. «Prometen desde enero la colocación de una hermita», para recordar al joven asesinado. La familia prepara un homenaje para este sábado 26 de abril, pero frente a un mural que pintaron en el barrio Luz y Fuerza de Morón, donde Ezequiel vivía junto a su madre.
A su vez, familiares de Altamira habían dejado un escrito dirigido a las autoridades municipales «con el fin de iniciar un diálogo con las autoridades de Banol S.R.L. y con quienes representen al Municipio, con el objetivo de encontrar soluciones a los posibles inconvenientes que pudiera generar una eventual reapertura del local bailable».
Decía lo siguiente:
Tal como manifestamos desde un primer momento, no estamos en contra de que alguien lleve adelante una actividad comercial. Sin embargo, lo que no podemos permitir es que se lucre de manera indiscriminada, sin controles ni protocolos estrictos de funcionamiento, tanto en el interior del establecimiento como en su entorno.
Desde nuestra experiencia en el territorio, estamos convencidos de que, con el cumplimiento de medidas básicas de prevención y organización, es posible garantizar el funcionamiento responsable del lugar.
Por ejemplo, los jóvenes no pueden seguir esperando ser retirados por sus padres o remises en la misma puerta del local, generando desorden y conflictos en el tránsito. Esta situación puede resolverse con la presencia de agentes municipales de tránsito que ordenen la circulación durante los horarios de ingreso y egreso.
Asimismo, muchos jóvenes se retiran caminando varias cuadras hasta encontrarse con sus vehículos. Esta situación de vulnerabilidad puede resolverse con móviles de seguridad municipal ubicados estratégicamente a 100 metros antes y 100 metros después del establecimiento, brindando así una cobertura de 300 metros en una zona crítica, como lo fue el lugar donde ocurrió el trágico asesinato de Ezequiel. La sola presencia de personal de seguridad municipal o de un móvil policial puede disuadir posibles delitos y proteger a quienes transiten o permanezcan en la zona.
Dentro del local, se deberá contar con personal médico capacitado, encargado de evaluar y, de ser necesario, solicitar la presencia de una ambulancia del SAME o de un servicio privado. Es fundamental que se instruya al personal médico para que no minimice situaciones de riesgo, como suele suceder cuando se asume erróneamente que se trata simplemente de una persona alcoholizada.
Por su parte, la Oficina de Fiscalización del Municipio deberá garantizar que no ingresen menores fuera del horario permitido y que, en el caso de matinées, no se les suministre alcohol. En caso de que el Municipio no cuente con los recursos suficientes para realizar estos controles, nos ofrecemos a colaborar mediante la creación de una ordenanza que nos habilite a realizarlos.
Cabe aclarar que los costos de estas medidas deberán ser afrontados por el establecimiento mediante la implementación de una tasa municipal específica, cuyo único fin sea cubrir los gastos operativos vinculados a estos eventos.
Por todo esto, solicitamos a las autoridades municipales que nos acompañen en este difícil momento. No deberíamos estar atravesando esta situación. Una vida se perdió por no haber contado con protocolos adecuados para proteger la vida de todos.