Castelar: Una multitud despidió los restos de «la madre de todas las batallas», Nora Cortiñas
Referentes de DDHH, de la izquierda y el kirchnerismo local y nacional se hicieron presentes esta mañana en el microestadio «Diego Armando Maradona» de Castelar para despedir los restos de la cofundadora de Madres de Plaza de Mayo Nora Cortiñas, quien falleció ayer a sus 94 años en el hospital de Morón, como consecuencia de una infección pulmonar. El espacio está ubicado a metros de los restos de la tristemente célebre «Mansión Seré» y de la «Casa de la Memoria y la Vida», donde dejara su propia huella inaugural en el 2000.
El velatorio se realiza desde las 9 y hasta las 18 de hoy, informó el Municipio, a cajón abierto. A esta hora muchas personalidades de la política pasaron por el gimnasio cubierto. Desde el exintendente Martín Sabbatella, hasta la diputada Romina del Plá, el exsecretario de ATE y CTA Héctor Godoy, o el referente del Polo Obrero, Eduardo Belliboni, pasando por funcionarios y concejales, en su mayoría del Nuevo Encuentro.
«Cuando llegamos al gobierno (1999) una de las primeras cosas que hicimos fue abrir la Casa de la Memoria y la Vida. Con Nora recorrimos ese camino. Como parte del patrimonio histórico. A Norita la encontrabas en todos lados. Hasta en el tren. Era una militante de toda la vida. Falleció un jueves, después de la ronda de las Madres. Muy simbólico. Un ejemplo de lucha. Que seguirá iluminando el futuro», rezó Sabbatella.
«Se va una de las mejores personas que existieron en este país. Esto debería ser un homenaje de todo el pueblo porque ella estaba para todos. Nunca supo lo que pasó con su hijo, podría tener rencor, pero se recostó en el amor. Fue una luchadora incansable, y para nosotros, quienes amamos la pelea del juicio y castigo a los culpables, Norita será un símbolo eterno», dijo, en tanto, el líder del Polo Obrero a Crónica TV.
Hugo Godoy también manifestó su dolor por la partida de la activista de DDHH: «Hoy es un triste día porque Nora siempre fue la sonrisa y la luz que acompañó las batallas de todos los sectores y también de las causas justas de la humanidad. Fue la insignia junto a las Madres y las Abuelas en la lucha contra la dictadura».
«Luchó hasta el último día de sus 94 años. Hay pocas personas que se pueden dar ese lujo en esa edad, donde se vio que dio lo mejor de sí y con una enorme potencia», concluyó.
El predio donde ahora velada, funcionó como un centro clandestino de detención (CCD) de la Fuerza Aérea, conocido como Mansión Seré o Atila, en el período comprendido entre febrero de 1977 y abril de 1978.
La propiedad de 11 hectáreas fue vendida en el año 1949 a la municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, específicamente al Instituto de Previsión Social, y fue entregada en comodato a la Fuerza Aérea Argentina a mediados del año 1976 para el alojamiento de su personal.
En 1984, en el marco del juicio a las Juntas, el sitio fue reconocido por ex detenidos y detenidas ilegales. En 1985, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires entregó el predio en comodato al municipio de Morón.
El 1 de julio de 2000, bajo la intendencia de Sabbatella, el edificio de dos plantas construidos años antes por Juan Carlos Rousselot (sin fines específicos) fue inaugurado como Casa de la Memoria y la Vida. A su vez, a unos metros comenzaban los trabajos arqueológicos que derivaron en el actual «Espacio Mansión Seré».