14/11/2024

Denuncian al ministro de Educación por la distribución de libros con contenido sexual en escuelas de PBA

La Fundación Natalio Morelli, dedicada a la protección de los derechos de niños, niñas y adolescentes, denunció penalmente al director General de Cultura y Educación de la Provincia, Alberto Sileoni, por la distribución de libros que incluyen “contenido sexual explícito” en las escuelas bonaerenses. El ministro se defendió alegando que se trata de «literatura» que se entrega en bibliotecas y que su lectura no es obligatoria.

La presidenta de la Fundación, Bárbara Morelli, explicó que la decisión fue impulsada por la preocupación de padres y miembros de la organización, que consideran que el contenido sexual de esos libros “podría afectar negativamente el desarrollo de los jóvenes”. «Es una degeneración», dijo Morelli en una entrevista radial.

Entre los títulos mencionados en la denuncia figuran “Las aventuras de la China Iron”, de Gabriela Cabezón Cámara, “Si no fuera tan niña”, de Aurora Venturini, y “Memorias de la violencia”, de Sol Fantín. Además, está mencionado “Come tierra”, por abordar temas delicados como el aborto y las instituciones religiosas.

Además, el diputado provincial Guillermo Castello ingresó otro pedido de informes dirigido al gobernador Axel Kicillof por la colección de libros “Identidades Bonaerenses: Leer, sentir, pensar, vivir la provincia“.

“Queremos saber quiénes fueron los responsables de aprobar este material que incluye descripciones explícitas de prácticas sexuales y genitales”, apuntó. El diputado exigió los fundamentos pedagógicos y legales que justifican la inclusión de textos con contenido sexual en los programas educativos, especialmente en relación con las leyes provinciales N° 14.744 y nacional 26.150 de educación sexual integral.

Esta mañana, en tanto, Sileoni defendió la difusión en las escuelas bonaerenses de libros con contenido sexual explícito al asegurar que “no son para los estudiantes” En declaraciones a Radio Mitre, el ministro advirtió que “los padres están indignados por lo que escuchan en los medios” ya que las publicaciones que integran el programa en cuestión, denominado Identidades bonaerenses, “no es pornografía, sino literatura”.

«Son herramientas para los docentes y los bibliotecarios. No se obliga a los estudiantes a leerlos. No son para niños». Antes de presentarlo, el periodista Eduardo Feinmann había cuestionado «fragmentos realmente aberrantes que los degenerados de la provincia de Buenos Aires están obligando a leer a los alumnos».

El funcionario precisó que «hay libros para la secundaria básica», de 12 a 15 años; y otros con «temática política o relaciones problemáticas o escenas de sexo o lenguaje, vocabulario soez, para la secundaria orientada», de 16 a 19.

«Todos sabemos que mucho antes de los 16 a un clic de teléfono o de computadora acceden a la más brutal pornografía en la soledad de sus habitaciones. Esto no es pornografía, esto es literatura», justificó Sileoni.

«Son herramientas para los docentes y los bibliotecarios. No se obliga a los estudiantes a leerlos. No son para niños».

Antes de presentarlo al aire, Feinmann había cuestionado que «hay fragmentos realmente aberrantes que los degenerados de la provincia de Buenos Aires están obligando a leer a los alumnos».

“Ezequiel se quitó la camisa. Con la mano libre se desabrochó el cinturón. La otra mano se cerró en mi nuca. No me podía mover. Tiró de mí. Sacó su pija por encima del bóxer y me la acercó a la boca», leyó el conductor. Y preguntó: “¿Esto es literatura para usted? ¿En serio?. Los padres están indignados, ustedes no escuchan el viento, no escuchan a los padres”, comentó.

«La escuela no niega la diferencia entre el hombre y la mujer, no enseña prácticas sexuales, no alienta la homosexualidad o la transexualidad. La escuela te acepta como sos y en eso es mejor que la sociedad. Le doy el derecho a que no lo vea. Pero no le acepto la palabra degenerado y no le acepto la palabra aberrante porque son materiales muy probados”, remarcó Sileoni.

Por último, Feinmann preguntó: “¿No sería mejor que esto no esté en las bibliotecas de los colegios de la provincia de Buenos Aires? ¿Y dejar esto a los padres? Que los padres sean los que permitan o no leer este tipo de cosas”.

Su entrevistado, rápidamente contestó: «Los padres a veces están y a veces no están. Entonces no es contra los padres, es a favor de las adolescencias, no es en contra de la familia». Cabe destacar que este texto ya fue blanco de fuertes controversias en otras provincias como Mendoza y Neuquén, en donde también padres de diferentes comunidades educativas lo criticaron con dureza.