El Gobierno nacional anunció que va a concesionar la empresa Belgrano Cargas, que atraviesa 16 provincias
A través del Vocero, Manuel Adorni, el Gobierno anunció este miércoles la privatización, por separado, de las distintas lías que opera la empresa ferroviaria Belgrano Cargas, una de las seis compañías que estaban mencionadas en el anexo de privatizaciones de la Ley Bases. Y se suma al cierre de una empresa vinculada al FFCC.
Belgrano Cargas y Logística S.A. es la empresa que opera las líneas Belgrano, San Martín y Urquiza; que suman una traza ferroviaria de 7600km en 16 provincias. Según el comunicado de la Oficina del Presidente, «serán concesionadas a privados, manteniendo rieles y tierras como propiedad del Estado Nacional».
«En manos estatales, Belgrano Cargas es obscenamente deficitaria y posee una planta sobredimensionada de 4429 personas, además de una estructura jerárquica elevada no acorde a sus funciones», agregaron. Adorni, en tanto, justificó que la privatización también se funde en que «el Estado puso el año pasado 112 millones de dólares en esta empresa. Dinero que salió de cada uno de los argentinos».
La medida se anunció en Casa Rosada este miércoles por la tarde en una conferencia hecha junto al titular de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, Diego Chaher; quien detalló los alcances del proceso de concesión al sector privado.
«Para cada una de las tres líneas vamos a instrumentar siete de concesión diferenciados. Una concesión por la vía, con derecho a cobro de peaje y que incluirá el traspaso de empleados afectados a la misma. Dos concesiones de locomotoras que permitirá incentivar la competencia que incluya sus respectivos conductores. Dos concesiones de vagones y dos concesiones de vagones que incluyen a los empresarios asociados», explicó Chaher.
«Con este modelo vamos a triplicar el volumen de carga transportada ya que se incrementará la cantidad de trenes y de su frecuencia», indicó.
El esquema que propusieron es de concesión de infraestructura a acceso abierto. Explicó que esto obliga al concesionario «permitir el paso a todos los operadores que quieran transportar cargas por esa vía». «La empresa Belgrano Cargas, tal y como funcionaba hasta ahora deja de existir», finalizó el anuncio.
Según explicaron altas fuentes de la Casa Rosada, en el gobierno están analizando ofertas que fueron presentadas para esa compañía. Además, dijeron que «se vienen más privatizaciones ferroviarias en los próximos meses».
Belgrano Cargas es una de las cinco compañías ferroviarias que tiene el Estado Nacional actualmente. Las otras son Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIFSE), Ferrocarriles Argentinos (FASE), Operadora Ferroviaria (SOFSE) y Desarrollo del Capital Humano Ferroviario (DECAHF). El Gobierno anunció semanas atrás el cierre de esta última y la reubicación de su estructura y funciones a las diferentes empresas públicas.
La privatización de Belgrano Cargas fue la primera de las compañías de la Ley Bases sobre las cuales se pudo actuar por ser una Sociedad Anónima, lo que facilita cualquier tipo de procedimiento administrativo.
Esto no pasa igual con las Sociedades del Estado como por ejemplo SOFSE, que está incluida en el anexo privatizador de la megaley, pero que primero debe resolver un sinnúmero de asuntos burocráticos para reconvertirla a S.A.
La privatización de la compañía tiene un historial de idas y vueltas. En 1999, el entonces presidente Carlos Menem entregó el 99% de la concesión a la Unión Ferroviaria. Por entonces, de acuerdo a cifras oficiales, el Belgrano Cargas transportaba 1,74 millones de toneladas.
Esto fue hasta 2006, durante la presidencia de Néstor Kirchner, que se le encargó al secretario de Transporte, Ricardo Jaime, la reactivación de esta línea carguera; dado que las cargas transportadas no superaban a las 600.000 tn, una cida de 65% en siete años. A mediados de ese año, la línea pasó a ser operada por un consorcio chino-argentino encabezado por Franco Macri. Estos poseían el 51% de la línea, a la vez que se incorporaron otros socios privados como Benito Roggio y EMEPA, del empresario Gabriel Romero.
En junio de 2013, a través de Resolución 471/2013 el gobierno de Cristina Kirchner creó Belgrano Cargas y Logística SA (BCYL S.A) con el fin de «nuclear en una misma empresa las tres líneas de transporte de cargas más importantes del país»: la Línea Belgrano, la Línea San Martín y la Línea Urquiza.
En 2016, y con el propósito de darle una impronta federal, la empresa comenzó a llamarse Trenes Argentinos Cargas.
La traza ferroviaria impactan directamente en 16 provincias: CABA, Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco, Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Mendoza, San Juan, San Luis y Catamarca.
La administración de la misma se realiza a través de 11 unidades productivas y ocho talleres propios donde se realizan las reparaciones del material rodante.
Las principales cargas, informa el Gobierno en su página web, incluyen productos agrícolas, piedra, carbón de coque, madera, minerales, metales, productos para consumo y otras eventuales.
El primer cierre
A principios de mes, el Gobierno había anunciado el cierre de Trenes Argentinos Capital Humano (DECAHF): «No operaba trenes, sino personal, y no tenía funciones que justifiquen su existencia», se argumentó.
La medida implicaba un ahorro de $ 42.000 millones anuales a partir del despido de 1388 empleados. Además, se eliminaron 23 cargos jerárquicos que cobraban promedio entre 2 y 4 millones de pesos por mes.
Las funciones de DECAHF serán absorbidas por Ferrocarriles Argentinos S.E. (FASE), que tiene por función la administración general de las tres compañías remanentes que quedan del sector ferroviario: Operadora Ferroviaria S.E. (que administra las líneas urbanas y de larga distancia), Administración de Infraestructuras Ferroviarias S.E. (que se encarga de las obras de infraestructura) y Belgrano Cargas (que maneja las líneas de carga).
Un adelanto de esta medida ya se había hecho días antes, a través de la publicación de la Resolución 35/2024 de la Secretaría de Transporte, que dispuso el traspaso del personal y de las dependencias de DECAHF a FASE. Según el sitio especializado «enelSubte», esto incluye el Museo Nacional Ferroviario, el Archivo General Ferroviario, el Centro Nacional de Capacitación Ferroviaria (CENACAF) y los Talleres de Junín.