20/02/2025

Repartidores ingresaron a villa de La Matanza para recuperar la moto robada a un compañero

motos

Decenas de repartidores irrumpieron en una villa en San Justo, partido de La Matanza, para recuperar la moto robada a un compañero. El video se viralizó rápidamente en las redes sociales.

Todo comenzó cuando un repartidor de comida fue víctima del robo de su moto de trabajo en el cruce de las calles Perón y Enrique Eizaguirre, cerca de la Plaza San Justo y del asentamiento Santos Vega.

En su desesperación, tras el asalto escribió al grupo de compañeros de trabajo por WhatsApp, contando lo que le había ocurrido. Minutos más tarde, la sorpresa: decenas de motos adentrándose en la villa, en plena noche, con la firme convicción de recuperar la moto robada.

No eran policía; tampoco personal de inteligencia. Sin embargo, se las arreglaron para entrar en banda a plena noche y transitar por los estrechos pasillos en búsqueda de recuperar el vehículo robado. Y lo consiguieron.

El video que se viralizó este lunes muestra distintas tomas de la osada maniobra. Algunas de las imágenes fueron tomadas por cámaras de seguridad de la zona, pero otras fueron filmadas por los propios trabajadores dentro de los pasillos del asentamiento.

«Decidimos entrar porque estamos hartos que nos roben. Ayer fue este pibe, pero hoy nos puede tocar a cualquiera. No tenemos opción. Era un compañero nuestro que se quedaba sin la herramienta de trabajo. Se quedaba sin laburo y sin poder alimentar a la familia», comentó uno de los jóvenes que entró al asentamiento.

Y agregó: «Es un grupo re unido y siempre estamos comunicados. Pero siempre estamos en peligro de muerte. Salimos a laburar, pero no sabemos si vamos a regresar a casa. Todos los días es así. Decí que tenemos al grupo y nos vamos manejando, pero lidiamos con la inseguridad todos los días», comentó.

En charla con el canal de noticias, TN, el joven explicó el mecanismo que tienen que hacerle a sus motos para que no se las roben: «Las desarmamos, la dejamos desnuda. Le sacamos todas las carcasas porque es lo que más buscan. Eso nos suele traer problemas con los inspectores de calle porque quedan todos los cables a la vista. Es un peligro. Pero es una de las pocas maneras de que no nos roben», cerró.

El joven que pudo recuperar su moto, agradeció a sus compañeros por la osadía de entrar al asentamiento y contó que «están conectados constantemente» porque es «moneda corriente» que los asalten en el conurbano. «Por suerte la Policía pudo identificar a los pibes que me robaron. Pero son chicos, así que seguramente saldrán rápido», se resignó.