HCD de Morón: JxC denunció «compra de votos» tras aprobación de la ordenanza fiscal preparatoria
La última sesión ordinaria en el HCD de Morón terminó en un verdadero escándalo, esta tarde, cuando una concejal del bloque Juntos en Morón se quedó en su banca y permitió que el oficialismo tratara la ordenanza preparatoria para una nueva reforma Fiscal e Impositiva, de cara a los aumentos de tasas para 2024.
Cuando llegó el turno de tratar el expediente, el resto de sus compañeros se levantaron y salieron del recinto. La votación terminó 12 a 1 (Claudia Quintana), con los votos del Frente de Todos y de Cristian Herrera, exPRO aliado al oficialismo. Al regresar a su banca, el jefe de bloque, Francisco Mones Ruiz, explotó: «Estamos viendo como una concejal que dice ser opositora se quedó en la banca para darle quórum al oficialismo y ser cómplice de otro aumento de tasas. Es una traición a los la militancia, a los votantes, esperando que le digamos basta».
Ayer había avisado en redes sociales que había un «traidor» dentro del bloque. Nada nuevo en la política actual.
«No hay razón política para esto. La única razón son las negociaciones espurias con el oficialismo. No hay más espacio en Juntos por el Cambio para personas que sean funcionales con el oficialismo. Todo aquel que negocio su voto por cargos, se va de Juntos por el Cambio. Y la concejal acaba de firmar su salida», le increpó el dirigente de la CC-ARI a Quintana, quien fuera electa en la lista de concejales que encabezó el exintendente Ramiro Tagliaferro (JxC) en 2019, por lo que en unas semanas terminará de ejercer ese mandato.
La pelea estaba dada en la estrategia para tratar una ordenanza clave para el gobierno local, que la oposición quería frenar hasta la nueva conformación del recinto. Pese a que Lucas Ghi consiguió en octubre la reelección, Unión por la Patria es primera minoría, con 10 escaños; contra 14 de JxC, UCR y La Libertad Avanza. La oposición negocia ir por la Presidencia. Por eso, Alejandra Liquitay, que hace cuatro años estuvo en una situación parecida a la de Quintana pero acaba de ser reelecta por LLA tampoco dio quórum.
Aún así el oficialismo se las arregló para acelerar la reforma. La discusión «interna» de Juntos terminó con una pelea en la barra. «No se negocia política por cargos personales. No hay peor casta que aquel que negocia la vida de miles de vecinos por un par de contratitos. Y no me va a temblar el pulso para denunciar a propios y ajenos. Este concejal tuvo mucha paciencia para mantener la unidad. La unidad es de fondo. Es de sentido y de proyecto», les gritaba Mones Ruiz hasta que directamente le cortaron el micrófono.
«No está enfocado al tratamiento…», le aclaró el presidente del cuerpo, el massista Marcelo González. Más calmado, Ruiz continuó igual: «Lo digo con el dolor de haber militando quince años. Lamento perder la amistad, pero dignidad es decirle no a las presiones. Otra cultura política es posible». Fue cuando los gritos pasaron de las bancas al pullman donde van los invitados. «Con estos discursos incentiva estas cosas», le imploró González al interlocultor. «No, lo que produce esto es negociar votos por contratos», le contestó el referente de Carrió. «No, háganse cargo de lo que pasa arriba. Resuélvanlo ustedes», devolvió González.