Ituzaingó y Hurlingham: Los hospitales del PAMI sufren en el limbo del cambio de gestión
El final de la campaña electoral más larga y cara de la historia, que terminó con derrota del peronismo y con Javier Milei como Presidente, generó un abrupto cambio en materia presupuestaria y dejó algunas dependencias del Estado en virtual estado de shock. En el caso de ANSES, por obra de cientos de despidos, lo que generó cierres o parálisis de las unidades de atención territorial. En PAMI no pasó lo mismo, pero sus hospitales, que valían mucho más como agente publicitario que como efectores de salud, quedaron en un limbo. Entre los funcionarios salientes y los que llegan, prácticamente dejaron de funcionar.
En Hurlingham ya comenzó la pulseada política. Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza intentaron aprobar un pedido de informes para que el intendente, Damián Selci, explique al HCD por qué no se terminó una obra que prometía levantarse en 9 meses. En junio del año pasado, con las listas para las PASO recién salida del horno, el entonces concejal y precandidato de Unión por la Patria, largó campaña con una inauguración parcial. Desde que asumió que no lo nombra más al hospital, que depende del PAMI central.
Por supuesto, la bancada peronista rechazó la sesión extraordinaria y aprobó su propio proyecto, para pedirle explicaciones al Gobierno sobre la falta de obras. Como sea, esta mañana la oposición pretendía abrazar al nosocomio de O Brien 480, que está ubicado en un terreno (el obrador) que fue cedido por la Comuna.
También el exintendente Juan Zabaleta, derrotado en la interna K por Selci, se metió la semana pasada en la discusión y reconoció que «el hospital no está terminado». Apenas si atiende consultorios extornos. Eso cuando no está directamente cerrado. Los días pasan y está lejos de ser una referencia sanitaria para los jubilados.
Algo parecido ocurre en Ituzaingó, donde el efector del PAMI tiene una década más de historia, con resultados no mucho mejores. La obra se inauguró falsamente en 2015, pero recién cuatro años más tarde el Municipio trasladó allí la guardia de la sala «Ramón Carrillo» (que cerró), a cambio de firmar un nuevo convenio en el que el intendente, Alberto Descalzo, reconocía que la obra era del PAMI. Y no al reves.
El Hospital del Bicentenario volvió a ser reinaugurado durante la pandemia, por Alberto Fernández y cía, pero recién a fines del año pasado empezó a tener movimiento, con internación y quirófano. Eso si el paciente es del municipio y no tiene obra social. Ni siquiera los afiliados de PAMI capitan allí. Siguen atendiéndose en clínicas de Morón y Merlo. Tampoco hay nacimiento. Sí decesos, peleas mediante con las ambulancias.
En 2020, el Dr. Fernando Alí era nombrado como director ejecutivo del «Bicentenario» y prometía convertirlo en un centro de referencia para dos millones y medio de personas. Según ATE, los empleados eran contratados o monotributistas. En marzo de este año, Alí fue nombrado como subsecretario y director del Hospital de Lanús, donde ahora gobierna el kirchnerista Julián Álvarez. Según dejaron trascender fuentes del PAMI, también fueron removidos los directores médicos del nosocomio. Por obra de ellos o de la falta reemplazos, el hospital quedó sin guardia al menos durante el último fin de semana laro.
El reclamo de los pacientes quedó registrado en un video, que primero subieron redes libertarias, para culpar al kirchnerismo; y luego aprovechado por el kirchnerismo para responsabilizar de todo al Gobierno de Milei.
Tampoco faltaron versiones de «ola de despidos». Por lo pronto, recién el jueves pasado la Obra Social de los Jubilados nombró oficialmente a un nuevo director ejecutivo para el Hospital de Ituzaingó. Se trata del Dr. Guillermo Roma. El viernes 5, en tanto, se resolvió enviar a Santiago Tezza, quien se desempeñaba como «director administrativo» del «Bicentenario», a trabajar a la unidad de gestión local del PAMI de Merlo.