Caso Agustina Casco: Compañeras de la cadeta revelaron que no hubo asistencia médica en la Vucetich
A casi ocho meses de su muerte, excompañeras de Agustina Casco, atestiguaron ante la Justicia que la policía no recibió atención médica durante su último entrenamiento en la escuela «Juan Vucetich», en la cual estuvo a punto de desmayarse. También les prohibieron ir al velatorio. Fue en el marco de la causa que ahora instruye la Fiscalía 4 de Morón, y después de la querella reclamara tomar medidas para indagar sobre los motivos de la sorpresiva muerte de la agente de 21 años de Ituzaingó, que buscaba el grado de «oficial».
Desde un primer momento, la familia Casco aseguró que existen funcionarios responsables en la Escuela de Policía, de donde Agustina salió para ir a votar el domingo 19 de noviembre. Esa misma noche debía regresar para continuar con el entrenamiento. Sin embargo, terminó internada y el 23 de noviembre murió.
La causa primero cayó en la Unidad Fiscal de Instrucción N°5 de Morón, que se declaró incompetente y envió el expediente a la UFI N°10 del mismo partido, especializada en violencia de género. Al tratarse de un caso que no involucra relaciones personales, tampoco aceptó la competencia y el caso cayó en la UFI N°4.
Sin más pruebas que una autopsia, y a pedido de la querella, la causa intentó girarse a la UFI 10 de Quilmes, jurisdicción de la Escuela Vucetich (Berazategui), que también la rechazó el expediente por estar incompleto.
El estudio, de fines de febrero y el informe parcial determinó que la joven había fallecido por un «paro cardíaco no traumático». También se observó la presencia de un quiste, que provocó la hemorragia interna por la que Agustina fue operada en la Clínica Provincial de Merlo, donde murió. Antes se había atendido en el Hospital del Bicentenario de Ituzaingó, donde la mandaron a la casa. La Justicia recibió en forma tardía la historia clínica, en una suma de complicidades que no permitieron llegar al fondo de este asunto.
La familia tenía chats y fotos de Agustina y de excompañeras que comprometían a la Vucetich. Pero nada de eso figuraba en el expediente, aunque se había filtrado a los medios. Recién en las últimas semanas, y por orden de la Fiscalía General de Morón, la fiscal Paula Salevsky le tomó declaración a las cadetas de la Escuela de la Policía Bonaerense. Como también se solicitaron los teléfonos donde estaban los diálogos de Agustina, que le contó a familiares de un «golpe» que recibió durante un entrenamiento de defensa personal.
Ante la fiscal, Anabela Carranza, Elizabeth Cabello y Ornella Carrasco brindaron detalles de aquel día en la Escuela. «Agustina estaba muy pálida» y «se desvaneció como si le hubiera bajado la presión», relató la primera.
La joven aclaró que le levantaron las piernas y así se recompuso. Pero el malestar continuó: La tres testigos coinciden en que Agustina tenía ganas de vomitar y se tambaleó porque no podía mantenerse en pie.
“La sentaron en el piso y se acercó la instructora de su compañía, Nievas. Era como si otra vez le hubiera bajado la presión”, detalló la primera. También agregó que se acercó una segunda instructora, de apellido Herrera.
Según contó la joven, nunca pidieron asistencia médica: “Herrera le dijo si llamaba a alguien, pero Nievas le dijo que no hacía falta”, ya que en la Escuela hay una oficina sanitaria. Ornella Carrasco confirmó ese diálogo.
La historia en la Vucetich continuó la madrugada del 23 de noviembre. Carranza contó que la despertaron a las dos de la mañana “para tomarle declaración testimonial de lo que había pasado con Agustina para la ART”.
Elizabeth Cabello y Ornella Carrasco formaron parte de un grupo de nueve cadetas que declararon una tras otra durante aquella mañana. La primera aseguró que primero hubo una reunión donde “la instructora Centurión empezó a decir que había que ser responsables” y las acusó de “no haber avisado de la situación de Agustina”. Recién después el director de la Vucetich, Rino Oliva, les comunicó de la muerte.
Cabellos contó, además, que Oliva les prohibió en un primer momento asistir al velatorio. “Dijo que los familiares de Agustina querían a los más cercanos”, reveló la joven, quien explicó que luego de insistir las dejaron.
Esto mismo fue ratificado por Carrasco. “Nos pusimos todas de acuerdo y la mañana del día del velorio fuimos a desayunar, pero no desayunamos. Ahí el director dijo que podíamos ir», declaró ante la fiscal.
En las próximas semanas continuarán las declaraciones de los diferentes testigos de la causa. La querella pidió que se le tome testimonio a las compañeras de Agustina, instructores de la ambulancia y de la fuerza.