Cromañon: Ex Callejeros volvieron a tocar en Morón, a casi un mes del 19° aniversario de la Tragedia
A casi 19 años de la Tragedia de Cromanón, Patricio Fontanet y otros ex «Callejeros» volvieron a sonar en la Zona Oeste. La primera de las dos presentaciones vendidas con su nueva banda, «Don Osvaldo», tuvo lugar anoche en el playón del estadio del Deportivo Morón. La otra será hoy. No sólo interpretaron temas de aquella icónica y fatídica agrupación sino que invitaron a sus seguidores a comprar un libro que ya sale a la venta llamado «No nos cuenten Cromañón», con el que reeditan la historia de la más triste página del rock nacional, que terminó con 194 fallecidos, 1432 heridos y una condena judicial poco ejemplar.
La presentación de la nueva agrupación del ex líder de Callejeros forma parte de una extensa gira iniciada el año pasado, y que abarcó diversos puntos del país, varias ciudades de España, Chile, Paraguay y Uruguay.
En estos shows, el grupo que completan el también ex Callejeros Christian Torrejón, Álvaro Puentes, Luis Lamas, Leopoldo Janín, Gabriel Gerez y Juani Falcone, presenta las canciones de «Flor de Ceibo», su último disco, mezcladas con hits de aquella generación que se identificó tanto su música, tras la crisis del 2001-2002.
Don Osvaldo es el proyecto encarado por Fontanet tras el punto final de Callejeros en 2010 y de Casi Justicia Social, la banda que comandó entre ese año y 2014. Fontanet había sido condenado a siete años de prisión por «estrago culposo», tras el incendio del 30 de diciembre de 2004 en el boliche de Once. Pero sólo pasó dos años (entre abril de 2016, recién cuando la Corte confirmó el fallo, y mayo del 2018). Salió del Penal de Ezeiza anticipadamente gracias a un fallo que redujo la pena y le permitió salir bajo libertad condicional.
También lograron salir Maximiliano Djerfy (falleció en marzo de 2021 de un infarto) y Elio Delgado, el saxofonista Juan Carbone, y el bajista Christian Torrejón, quienes habían sido condenados a cinco años de prisión.
El exgerenciador de Cromañón, Omar Chabán, falleció en 2014 cuando cumplía su pena de prisión (a 10 años y 9 meses); su mano derecha, Raúl Villarreal; el escenógrafo Daniel Cardell y el manager Diego Argañaraz recuperaron su libertad. El baterista Educardo Vázquez es el único que sigue en prisión pero por el femicidio de su esposa en 2010. Todavía se considera «víctima y sobreviviente». Como el resto de la banda.
También fueron condenadas las exfuncionarias porteñas Fabiana Fiszbin y Ana María Fernández y el exsubcomisario Carlos Díaz. En otro juicio posterior fue condenado el exdueño de Cromañón, Rafael Levy, a quien mediante una ley le expropiaron el predio para convertirlo en un espacio para la memoria. Hoy la banda y un grupo de víctimas reclaman esa propiedad. Y responsabilizan de todo a la gestión de Aníbal Ibarra.
“Se cumplió hace poco exactamente un año que se votó en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores, por unanimidad, la expropiación del terreno de donde funcionaba República Cromañón. Ese lugar volvió a ser nuestro. Ahora bien, siempre hay vivos en esto y este gobierno tardó un montón en reglamentar esa ley y en sacar esa ley para que se cumpla. Hay intereses, tenemos a (la secretaria Gral. de la Presidencia Vilma Ibarra, hermana del del nefasto (ex jefe de Gobierno porteño destituido) Aníbal Ibarra quien está demorando la ley”, enfatizó anoche durante el recital el autor del libro «No nos cuenten Cromañon».
La obra, recientemente impresa y firmada por el periodista Bruno Larocca, surgió «de la necesidad de mostrar una postura distinta con respecto a las responsabilidades de lo ocurrido, frente a la criminalización de la juventud que se mostraba en los medios de comunicación», según reza en su propio portal.
«Está conformada por Sobrevivientes, Familiares y Amigos de Víctimas de la Masacre y realiza diversas actividades, tales como Charlas en Establecimientos Educativos e Intervenciones Culturales. Teniendo a cargo también, la organización del Acto de Aniversario que congrega a miles de personas y cuenta con la participación año tras año, de importantes Artistas. Contamos con un programa de Asistencia Psicológica propio y luchamos por el bienestar de todos los y las Sobrevivientes», sostiene en defensa casi ideológica de la banda.
En ese sentido, este núcleo no sólo exculpó a los músico, sino que además los incorporó a los actos de homenajes, como parte de las víctimas de una tragedia que ellos mismos causaron (si bien pudieron haber muerto, como amigos y novias que estaban adentro del boliche), al ser haber sido parte de la organización del evento, en el que, se demostró, vendieron entradas de más, permitieron ingresar con bengalas y se despreocuparon de toda medida de seguridad (motivo por el cual fueron los manager los que recibieron las condenas más duras). También recibieron cierta protección política y «cultural», como parte de un discurso de época en defensa de las víctimas del Estado. Y en aquél momento el Estado era representado por el exfrepasista Ibarra, a quien el kirchnerismo le soltó la mano, hasta ahí: fue legislador porteño.
Víctimas
Morón aportó tres víctimas a la Tragedia: Marianela Rojas, Gisela Barbalace y José Leandro Avalos. En Ituzaingó fueron dos: Cecilia Roumieux (hija del expresidente del HCD Juan Carlos Roumieux) y Luis Zárate. Las víctimas sufrieron quemaduras, intoxicación y asfixia, debido al incendio de la media sombra que cubría el techo del boliche. Las puertas de emergencia estaban cerradas. Y muchos de los que pudieron salir volvieron a ingresar para buscar a familiares o amigos atrapados. Los «héroes» que «no la contaron». En febrero de 2005, Ezequiel Dannof, un sobreviviente de 24 años se arrojaba del balcón de su vivienda de Hurlingham y fue internado con lesiones en las piernas. Se lo adjudicaron al «estrés post traumático».